Tras el Pleno del Parlamento Vasco del pasado junio en el que se rechazaron las enmiendas a la totalidad a la Ley de Memoria Histórica y Democrática presentadas por PP+C’s y Vox, que se oponían al texto por no incluir a las víctimas de ETA, se constituyó la ponencia para debatir y votar las enmiendas de los grupos. Un proceso que ha dado sus primeros frutos con el acuerdo logrado con Elkarrekin Podemos-IU, que supondrá unos cambios en el texto que no serán los últimos.

A la espera de comprobar cómo irá mutando la Ley y de que se apruebe su redacción definitiva, expertos en memoria histórica consultados por DEIA ven con buenos ojos estos avances. Es el caso de Jon Irazabal Bueno, que puso en valor la ampliación de la reparación a las víctimas. Destacó que “llevan toda la vida sufriendo” y que durante la dictadura no pudieron denunciar su situación y “tuvieron que callarse”.

El reconocimiento llega, eso sí, “muy tarde” a su juicio, ya que “muchos fallecieron y no vieron el reconocimiento de la sociedad; primero les dijeron que ellos eran los malos y después admitieron que no, que ellos fueron los que resistieron” a la opresión del régimen.

El investigador en la memoria de Durangaldea avaló que “se aclare y se investigue” todo lo sucedido entonces, ahora con el colchón de que, al amparo de la legislación internacional, se pretende que los crímenes del franquismo ni prescriban ni puedan ser amnistiados.

Sobre las indemnizaciones, admitió que “le vienen bien sobre todo a la gente mayor, que puede estar en una situación económica no muy boyante”. Consideró, eso sí, “ilógico” que “el daño causado por gente ajena tenga que ser indemnizado por gente afín”. Reivindicó por ello que “quien se benefició en su día aportara un fondo” para estas compensaciones a las víctimas. Una “aportación simbólica”, abundó, de “empresas que en los años 30 y 40 se beneficiaron de mano de obra esclava” cuyo trabajo “contribuyó a sus beneficios”, por ejemplo en la construcción del Valle de los Caídos. Algo que ya se hizo, por ejemplo, en Alemania con el fondo aportado por “personas que sacaron provecho en su día del Tercer Reich”.

En una línea similar, el historiador e investigador de la Guerra Civil Jimi Jiménez celebró la nueva dimensión que está adquiriendo la futura Ley de Memoria en la actual fase de enmiendas al afirmar que “hasta ahora, todos los reglamentos estaban más centrados en el conocimiento de la verdad y en una reparación más simbólica”. Según él, por tanto, “no se había hecho mucho hincapié en una reparación real de las víctimas y sus descendientes”, como se pretende ahora.

A preguntas de este medio, y a la espera de comprobar “las aportaciones al proyecto original tras la aprobación del texto definitivo”, añadió que “nada ni nadie se puede quedar fuera de esta ley”. “Todo lo relacionado con la Guerra Civil y la dictadura debe estar bien delimitado, cómo queda el concepto de víctima y a qué tipología de víctimas llegarían las reparaciones”, apostilló.

Jiménez miró por último a la Ley de Memoria Democrática española, que fue aprobada de forma definitiva en el Senado el pasado 5 de octubre, y dijo esperar que “no entre en contradicciones” con su homóloga en Euskadi. “Evidentemente, la estatal debe establecer el contexto general y lo específico que ocurrió aquí debe tratarse desde el punto de vista de aquí”, opinó.