Nuevo choque competencial en el horizonte, y en plena negociación de los Presupuestos del Estado. Como ya sucedió con la transferencia del Ingreso Mínimo Vital, que se disputó al límite y tensionó al máximo las relaciones, la negociación del traspaso de los trenes de cercanías ha llegado también a un punto muerto. Tras la reunión celebrada este martes por los grupos técnicos de los gobiernos vasco y español, la consejería de Autogobierno que dirige Olatz Garamendi aseguró a este periódico que la cita fue “decepcionante”. La razón radica en que el Estado ha propuesto una transferencia que no respeta el sistema del Concierto Económico, sino que se pretende que Euskadi asuma el traspaso con el mismo modelo que Catalunya, que no tiene haciendas propias. Es un conflicto muy parecido al que se suscitó con el IMV y que fue desbloqueado con un impulso a nivel político y desde las altas instancias. El Ministerio de Política Territorial, por su parte, asegura a este periódico que el Ejecutivo vasco “no ha hecho ninguna renuncia a sus posiciones de máximos” y cree que le toca mover ficha, o será difícil que haya acuerdo. La competencia de trenes, si no lo remedia Sánchez, podría descarrilar.

La presión del PNV y del Gobierno vasco consiguió que el Ejecutivo español enviara la primera oferta de calado sobre este traspaso, pero la parte vasca aún no da por buena la propuesta de Madrid y cree que quedan cuestiones que acordar y negociar. Según fuentes conocedoras de la reunión, el Estado presentó su oferta como algo que podía satisfacer realmente a Euskadi, pero pisó el charco del Concierto y el sistema del Cupo, por el cual, cuando se realiza un traspaso, se descuenta ese dinero del Cupo que paga anualmente Euskadi al Estado. Las fuentes consultadas no quieren entrar en más detalles para explicar en qué consiste este choque del Concierto. En algunas cuestiones sobre el traspaso de servicios, no en todas ni de manera general, también hay escollos.

El Ministerio de Isabel Rodríguez, por su parte, defiende que “el Estado ha hecho un enorme esfuerzo respecto a su posición inicial y entendemos que ahora le toca al Gobierno vasco mover ficha”. ¿Quiere esto decir que no va a ceder más? “El Estado ha hecho grandes concesiones en la negociación, incluyendo cuestiones que nunca se habían planteado como, por ejemplo, que el País Vasco ejerza competencias que se proyectan más allá de su ámbito territorial”, dicen, en una alusión velada a las líneas de tren que salen por unos kilómetros fuera de la comunidad autónoma, cuestión que comenzaba a estar encarrilada tal y como publicó este medio. “El Gobierno vasco todavía no ha hecho ninguna renuncia a sus posiciones de máximos en las negociaciones. Por tanto, se tendrían que dar concesiones por ambas partes o el acuerdo será difícil de alcanzar. El Estado cree que un traspaso en esta materia es deseable porque contribuirá a mejorar la calidad del servicio que disfrutan los vascos. Pero es preciso que el Gobierno vasco asuma posiciones realistas alejadas de maximalismos”, añaden.

En plena tramitación de los Presupuestos

Este conflicto estalla con los Presupuestos estatales en plena tramitación y, aunque ambos planos sean independientes, es evidente que el clima se enrarece y se tensiona. El PNV decidió no presentar una enmienda a la totalidad tras el acuerdo para renovar la Ley del Cupo, pero las Cuentas deben pasar por una tramitación parlamentaria donde la caída de una sola de las secciones de los Presupuestos provocaría que todo el proyecto fuera rechazado. El cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika sigue siendo una misión casi imposible y quedan una treintena de materias sin abordar siquiera.

Lo que sí se confirma es que el acuerdo no estaba hecho ni era inminente, al contrario de lo que parecía transmitir el delegado del Gobierno español, Denis Itxaso. El Gobierno vasco tuvo ocasión de trasladar sus documentos en esta cita por vía telemática en la que, al ser de perfil técnico, no estuvieron ni la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, ni la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Participaron los directores técnicos y algunos viceconsejeros sectoriales de Autogobierno, Política Territorial, Hacienda y Transportes.

La negociación de la transferencia de ferrocarriles llevaba una temporada en el dique seco, sin que se produjeran encuentros, y el Gobierno vasco ya daba por hecho a comienzos de esta semana que una única reunión no iba a servir para alumbrar un acuerdo. La reunión de los equipos técnicos se ha producido precisamente a instancias de la parte vasca.

La situación del traspaso

Se esperaba un acuerdo para antes de final de año, para poder convocar la Comisión Mixta de Transferencias. Teniendo en cuenta que también están sobre la mesa cuestiones como la línea Bilbao-Karrantza, donde el Estado asumió unos compromisos sobre sus estándares de calidad y las frecuencias en el servicio, es probable que, si se cerrara el traspaso, se tuvieran que acordar también las inversiones pendientes y si el Estado debe garantizarlas.

Garamendi ha puesto sobre la mesa algunas líneas que salen de la comunidad autónoma en algún momento de su trazado (cuestión que ha suscitado históricamente las resistencias del Estado), y las que discurren solo por la CAV. Habla de las líneas Bilbao-Karrantza (que pasa por Turtzios), Irun-Vitoria (que pasa por Nafarroa), la línea e infraestructura de Bilbao-Balmaseda, y los trayectos Bilbao Abando-Barakaldo-Santurtzi, Bilbao Abando-Barakaldo-Muskiz, Bilbao Abando-Laudio-Orduña, e Irun-Donostia-Tolosa-Brinkola.

En las últimas semanas se han clarificado algunas cuestiones, como que Euskotren no será quien opere los trenes al día siguiente del acuerdo, porque Renfe tiene un contrato hasta 2028. Se está negociando también la transferencia de algunas infraestructuras y no solo el servicio, como sucede con la línea Bilbao-Balmaseda, que se ve afectada por la línea 4 del Metro y donde, si hay acuerdo, se podrán tomar decisiones sobre la integración urbana de la estación.