El traspaso de la transferencia de Renfe Cercanías a Euskadi puede estar muy cerca y cerrarse este mismo mes de octubre. La consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno ha confirmado que el miércoles por la noche el Gobierno vasco recibió la última propuesta del ejecutivo español para hacer efectiva este trasapaso.

El departamento que dirige Olatz Garamendi no ha querido valorar el documento hasta no estudiarlo con detenimiento. La consejera ha comparecido ante los medios de comunicación en el Parlamento Vasco para destacar que el acuerdo no está cerrado. No obstante, ha reconocido que la propuesta se hace "eco de alguna manera de alegaciones que había presentado el Gobierno vasco.

 

El acuerdo no está cerrado

Garamendi ha asegurado que esta transferencia es compleja ya que además de los contenidos del traspaso hay que tener en cuenta también la financiación conforme al Concierto Económico. "En estos momentos sería muy prematuro decir si estamos de acuerdo o no con esta propuesta", ha remarcado la consejera.

Fuentes de Gobierno vasco aseguran que la propuesta de Madrid llega tarde, que quedan otras muchas cuestiones pendientes y que, en todo caso, no ha habido respuesta a la petición

que lanzaba el lehendakari hace unas semanas para crear una Comisión Permanente que garantice el cumplimiento íntegro del Estatuto.  

Garamendi: "En estos momentos sería muy prematuro decir si estamos de acuerdo o no con esta propuesta"

Según ha desvelado el delegado del Gobierno español en Euskadi, Denis Itxaso, la propuesta del Gobierno español contempla traspasar en un primer momento los servicios de las líneas ferroviarias de Renfe que operan en su integridad en Euskadi (Bilbao Abando-Barakaldo-Santurtzi, Bilbao Abando-Barakaldo-Muskiz, Bilbao Abando-Laudio-Orduña, e Irun-Donostia-Tolosa-Brinkola).

 

Mejorar un servicio deteriorado

El Gobierno vasco considera que asumir su gestión abrirá la puerta a revitalizar un servicio deteriorado. De hecho, en los últimos años la inversión ha brillado por su ausencia. Algunos de los trenes acumulan tres décadas de antigüedad y la plantilla viene denunciando de forma reiterada que la falta de personal pone en riesgo el servicio.

La escasez de trabajadores se hizo patente en algunos de los momentos más duros de la pandemia. Renfe Cercanías tuvo que cancelar el pasado mes de enero docenas de servicios ante la imposibilidad de sustituir a los maquinistas de baja laboral por un positivo en covid-19. Las carencias volvieron a evidenciarse durante el mes de agosto cuando las vacaciones del personal obligaron a suspender medio centenar de servicios en Bizkaia.

Cuestión clave para el Gobierno vasco

La propuesta del Gobierno español llega en plena negociación de los Presupuestos Generales del Estado y a un día de que se cierre el plazo para presentar enmiendas a la totalidad a las cuentas. El presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, ha asegurado que su formación intenta "negociar al máximo" y espera que no sea necesario pedir la devolución de las cuentas.

La transferencia de las líneas de Cercanías de Renfe es una cuestión fundamental para el Gobierno vasco. De hecho, es una de las tres pruebas de confianza que solicitó el lehendakari a Pedro Sánchez ante el bloqueo de las negociaciones. Junto al cierre del traspaso de las líneas de Renfe, Iñigo Urkullu reclamó activar grupos de trabajo para acelerar las otras cuestiones pendientes de traspaso, y activar una Comisión Permanente entre ambos ejecutivos para que el diálogo sea fluido y constante.

Iñigo Urkullu quería una respuesta antes del próximo 25 de octubre cuando se celebra el aniversario del Estatuto de Gernika. La consejera Garamendi ha lamentado este jueves que el lehendakari todavía no haya recibido una respuesta a su propuesta para crear esta Comisión Permanente.