El lehendakari ha formalizado este jueves ante el pleno su oferta de cinco pactos de país, que incluyen los Presupuestos de los años 2023 y 2024 por tratarse de un momento excepcional. Iñigo Urkullu se comprometió a hacer lo posible por ensanchar los acuerdos, y puso los carriles de la negociación presupuestaria apuntando prioridades como el refuerzo de las políticas sociales, el empleo y la reactivación, la inversión pública y la inversión en investigación. “Es un momento muy importante y, por ello, los Presupuestos de 2023 y 2024 se deben plantear como acuerdo de país”, defendió, para añadir después que el consejero Azpiazu negociará con todos los partidos. Las Cuentas vigentes se pactaron con EH Bildu, con quien no obstante en el pleno se ha producido algún cruce de declaraciones crítico en lo que se refiere a los pactos de país. Sobre la energía, Urkullu le pidió un pacto, pero que sea “viable”. Aun así, volvió a tender la mano.

Pacto de rentas

Urkullu propuso otros cuatro pactos: para reforzar la atención primaria, sobre educación, el reto demográfico y la emancipación de los jóvenes, y la energía. Mirando al Estado, el lehendakari concretó algo más su propuesta de pacto de rentas, que propuso que sea “equitativo”, que los costes se repartan entre los agentes implicados (dijo que, si las empresas blindaran sus márgenes de beneficio, los ciudadanos, por tener menos dinero, comprarían menos y caería la demanda; y si se pactaran salarios con la inflación total, las empresas perderían recursos y recortarían el empleo). Planteó también un pacto adaptado a las asimetrías, y que sea plurianual basado en la inflación subyacente. Adelantó la convocatoria del foro socioeconómico que activó en la pandemia y que desea mantener como espacio de reflexión.