Pedro Sánchez y la parte socialista del Gobierno español volvieron a evidenciar ayer miércoles en el Congreso su absoluta soledad en lo que concierne al cambio de posición sobre el Sahara Occidental, que no respaldan ni sus socios de Unidas Podemos, ni los grupos de la mayoría de la investidura ni tan siquiera el PP.

En cualquier caso, Sánchez insistió en vender en sede parlamentaria los frutos de su acuerdo con Marruecos y aseguró que el giro en la postura internacional está ya dando “resultados positivos” en la relación de el reino alauí. Así, los socialistas volvieron a respaldar el cambio de posición que avaló el plan marroquí de autonomía para el Sahara como forma de solucionar un conflicto que dura ya décadas.

El presidente español tuvo que comparecer ayer miércoles en la Cámara Baja por segunda vez para dar explicaciones sobre la cuestión saharaui, y volvió a comprobar cómo ni los partidos de oposición ni sus socios de Gobierno, ni sus aliados parlamentarios se suman a una decisión que critican, entre otros argumentos, por unilateral y por no tratar como se merece al pueblo saharaui.

Ese giro en la posición sobre el Sahara que recoge que la propuesta marroquí es “la base más seria, creíble y realista” para resolver el conflicto, abrió la puerta a un viaje del presidente del Gobierno español el pasado 7 de abril a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI. Con motivo de ese viaje se firmó una declaración conjunta que a juicio de Sánchez ha provocado ya “avances” en la relación bilateral y el impulso de “un nuevo tiempo”.

No opinan lo mismo en las filas populares, cuya portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, pidió a Sánchez que vuelva a una posición de “neutralidad activa” sobre el Sahara en el marco de la solución negociada por las partes, y le preguntó de qué sirve el viraje si las aduanas con Marruecos siguen cerradas. Gamarra criticó además el “bandazo” y puso el foco sobre las diferencias en el seno del Gobierno español ante este asunto.El Sahara como moneda de cambio

En el bloque de la mayoría de la investidura, el PNV fue especialmente crítico con Pedro Sánchez y los socialistas. En su intervención, el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, acusó al presidente español de utilizar a los saharauis como “paganos y moneda de cambio” ante Marruecos y cargó también contra el PP, al que tildó de “hipócrita”, porque cree que en esta cuestión está de acuerdo con el Ejecutivo y haría exactamente lo mismo en caso de estar en Moncloa y no en la oposición.

A juicio del portavoz del PNV, el Gobierno se vio “forzado” a variar su posición sobre el Sahara tras el cierre de fronteras con Marruecos, la “invasión” de Ceuta, las pateras que llegaban a las costas españolas y el caso Ghali.