Madrid - Así, Pedro Sánchez reivindicó ayer la bandera española, de la que se hizo acompañar en el inicio y el fin de su primer discurso como candidato a la Presidencia del Gobierno español, una intervención en la que se comprometió a trabajar para hacer “una alianza con lo mejor de España para hacer una España mejor”.

El líder de los socialistas sorprendió al hacerse flanquear en el escenario del Teatro Circo Price por una enorme bandera con el escudo constitucional proyectada a su espalda, que en el momento central del acto fue sustituida por el lema El cambio que une, que estrenaron ayer los socialistas. El líder del PSOE se comprometió a “erradicar el paro y la corrupción” si llega a La Moncloa, donde aspira a poner en marcha “un gobierno que base su fuerza en la ejemplaridad y en la alternativa constructiva”. “Lideraremos el buen gobierno desde la moderación, con alternativas valientes y constructivas”, resaltó de manera que quedara claro que el PSOE no es Podemos.

La nueva escenografía fue una decisión personal del secretario general, que, de esta manera, buscó reforzar su perfil institucional y presidencialista y hacer gala del patriotismo como, dijo, lo entienden los socialistas, lejos del “patriotismo ideológico y caduco” del PP. Con esta imagen poco habitual en los actos del PSOE, en los que suelen abundar las banderas republicanas, Sánchez quiso mostrar, dijeron sus asesores, que quiere ser el presidente “de todos”, en contra a lo que considera que ha hecho el actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, gobernando para “una minoría” y dejando a la intemperie a la mayoría.

Él, según dijo, quiere liderar “el cambio que une” y para el que se va a necesitar el esfuerzo de todos: “gobiernos e instituciones, trabajadores y emprendedores, empresas y economía social, científicos y universidades”. “Lo tenemos que hacer todos, lo tenemos que hacer juntos, y lo tenemos que hacer repartiendo con justicia los esfuerzos que hagamos entre todos”, afirmó.

Vestido con un traje oscuro y una corbata roja -adiós a ir en mangas de camisa-, Sánchez respondió con estas palabras y con estos mensajes no verbales también a los ataques del PP, que está insistiendo en que el PSOE se está “radicalizando”, al pactar con partidos “extremistas”.

Ese fue uno de los mensajes centrales de su intervención, la primera como candidato a La Moncloa tras ser proclamado por el Comité Federal de su partido. Entre los 2.000 asistentes al acto estuvieron los barones del partido, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el exvicepresidente Alfonso Guerra y el ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba.

Sánchez tuvo palabras especiales para su familia, en especial para su mujer, Begoña Gómez. “No solo por su comprensión, cuando la tarea que me he empeñado me aleja de su lado, no sólo por su paciencia, su sonrisa y su aliento, también por la fuerza que me da para seguir, gracias, Begoña”, le dijo, tras lo cual subió al escenario una vez finalizado el discurso. Con un vestido rojo, se abrazó a su marido y ambos saludaron durante unos minutos, al más puro estilo presidencial de los candidatos norteamericanos.

Diálogo Sánchez apuntó que si “algo hay claro” ahora es que en el panorama político actual todos están “obligados al diálogo”, no como “imperativo moral, sino como una necesidad funcional”. También prometió la construcción de una España federal en la que “cada cual pueda ser español y catalán o valenciano o vaso” en “el orden que lo desee” y advirtió de que las élites que buscan la ruptura “medran con el conflicto”.

Durante su discurso, Sánchez señaló que es una historia “conjunta, durante siglos”, la que une a España con Catalunya y que son “unas élites” las que quieren convencer a la sociedad de que esta unión “se puede romper un día con una votación” y que, de esta votación “se pueden disolver las identidades múltiples, los afectos y la memoria”. - E. Press