PARÍS - La crisis interna de la dirección etarra en 2007-2008 fue "una guerra de jefes" entre los tres dirigentes que habían ido haciéndose con el poder y los responsables de los aparatos militar y logístico, no una lucha por un cambio de estrategia de la banda, según la policía antiterrorista francesa. El comandante de la Subdirección Antiterrorista (Sdat), Nicolas Engel, explicó ayer que esa crisis fue "una reacción a la toma del poder" que "poco a poco" hicieron Francisco Javier López Peña, Thierry; Ainhoa Ozaeta, Kuraia, e Igor Suberviola, Kartxi.

Ante el Tribunal de lo Criminal de París que juzga a Ozaeta, Suberviola y Jon Salaberria -López Peña murió durante su encarcelamiento en marzo de 2013-, Engel insistió en que no ve "cambios" en la estrategia de la banda tras el ataque lanzado contra esos tres dirigentes por parte de Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, y Mikel Carrera Sarobe, Ata.

Una vez que Thierry, Kuraia, Kartxi y Salaberria fueron arrestados en un piso franco en Burdeos el 20 de mayo de 2008 en plena crisis interna, hubo "continuidad" en la acción de la banda, en particular en la preparación de atentados.

El comandante de la Sdat analizó media docena de boletines internos (Zuba), que datan de los primeros meses de 2008, sobre las luchas intestinas del comité ejecutivo que se encontraron en el piso de Burdeos.

Ata y Txeroki , al mando de los aparatos logístico y militar, habían decretado en marzo de ese año la suspensión de López Peña, Ozaeta y Suberviola de la dirección, citándolos excepcionalmente por sus nombres y no por sus alias como es lo normal en el funcionamiento clandestino. Engel hizo hincapié en que fue "algo excepcional, único" que el grupo dirigido por Txeroki y Ata se saltara todas las reglas internas e identificara con sus nombres a los otros tres. "Fue una decisión colectiva de un clan" que evidenciaba "una voluntad muy deliberada de poner en peligro a esos tres militantes" y "eliminarlos". - Efe