Bilbao - Juan José Ibarretxe se atrevió ayer a hacer una predicción como colofón a su conferencia sobre el derecho a decidir, basada en lo que calificó de "binomio de o me das la palabra o me marcho", traducción libre de la expresión inglesa "voice or exit". Y lanzó la siguiente disyuntiva: "O veremos la aceptación con toda naturalidad del ejercicio del derecho a decidir en el caso de naciones como Euskadi y Catalunya, o veremos declaraciones unilaterales de independencia". Con esta contundencia se expresó el lehendakari ohia durante su intervención en un seminario sobre el encaje constitucional del derecho y los modelos europeos organizado por el Colegio de Abogados de Bizkaia, y en el que tomaron parte diversos especialistas, como Elisenda Casanas, del Centro de Derecho Constitucional de la Universidad de Edimburgo; Irene Martín, abogada y directiva de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), y el profesor de Derecho Administrativo de la UPV/EHU Iñigo Urrutia.

Ante un público formado sobre todo por juristas, los cuatro ponentes abordaron cada uno desde una perspectiva propia las posibilidades que ofrecen los diversos sistemas legales al derecho a decidir de los pueblos, un asunto de candente actualidad tras la constitución el pasado jueves en el Parlamento Vasco de la ponencia que debatirá la actualización del autogobierno y la publicación también esta semana de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) español sobre Catalunya.

Esta última cuestión centró buena parte de las intervenciones, también la de Juan José Ibarretxe que, no sin ironía, mostró su satisfacción por el auto del TC que, por una parte, declara inconstitucional la declaración del Parlament que consagra que el pueblo catalán tiene "carácter de sujeto político y jurídico soberano" pero, por la otra, salva el "derecho a decidir" siempre que se interprete "como una aspiración política a la que solo puede llegarse mediante un proceso ajustado a la legalidad constitucional".

"Me gusta -confesó- que el tribunal, que ha estado permanentemente penetrado por la política, se haya puesto la camiseta de jugar en la política", sentenció quien ahora dirige el Centro de estudios políticos y sociales Agirre Lehendakaria Center (ALC). Es más, apuntó que el visto bueno sui géneris de los magistrados al derecho a decidir se debe interpretar como "un argumento de debilidad" del TC, aunque advirtió de que la sentencia "deja la capacidad de veto donde siempre ha estado".

Cuestión política

Porque "esta sentencia solo ha aclarado una cosa -insistió-, que no estamos ante una cuestión jurídica, sino ante una cuestión política", por lo que sostuvo que "si hay democracia tiene que haber un encaje constitucional al derecho a decidir. Si no lo hay, cámbiese la Constitución", emplazó.

Quien siendo lehendakari dio nombre extraoficial al Nuevo Estatuto Político aprobado por el Parlamento Vasco en diciembre de 2004 -cuyo artículo 13 consagraba el derecho a decidir- y que sufrió el "portazo" de las Cortes españolas, como él mismo evocó ayer, argumentó que, de aquellos lodos, estos barros. "Ya tienen aquí los resultados", resumió Ibarretxe. "Nada ha hecho más a favor del movimiento independentista vasco y catalán que la negativa al derecho a decidir; ha hecho más independentistas que Sabino Arana", remachó Ibarretxe.

Por eso alabó la actuación de dirigentes como David Cameron en el caso de Escocia o incluso Barack Obama respecto a Puerto Rico, quienes con independencia de que abogan por mantener el actual estatu quo, han dicho que "no pueden mantener un país en su seno en contra de la voluntad de su pueblo". "Si España y la UE nos hubieran dicho que nosotros tenemos que decidir, probablemente nuestro conflicto político se habría acabado", manifestó.

A su juicio, España plantea este derecho como un debate por la independencia, cuando, a su entender, debe centrarse en que los ciudadanos catalanes y vascos "creen que es mala la dependencia" del Estado español para su economía, sanidad o educación. Y terminó citando al premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz: "Los que están afrontado mejor la crisis económica y la globalización son los países que han tomado el futuro en sus propias manos", enunció.