Bilbao. El juzgado de instrucción número 19 de Barcelona decretó ayer prisión provisional comunicada y sin fianza por un delito contra la salud pública para el expolicía y exmiembro de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) Michel Domínguez. Fue detenido el pasado viernes en la estación de Sants de la Ciudad Condal acusado de formar parte de una banda de narcotraficantes que se dedicaba a la venta de cocaína a pequeña escala. Domínguez, que pasó el fin de semana detenido en la comisaría de La Verneda de la policía española, pasó ayer ante el titular del juzgado número 19 de Barcelona, que ordenó su ingreso en prisión. En la operación policial en la que fue detenido se produjeron siete arrestos más, cuatro en Madrid, dos en Valencia y otro más en Barcelona.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se refirió ayer en Logroño al arresto del expolicía, de quien señaló que actuaba como un correo de la droga, "al igual que las 2.700 personas que fueron detenidas por ese motivo en 2012 en España". El responsable del Interior del Gobierno Rajoy reconoció la notoriedad que tuvo en su día Michel Domínguez, pero aseguró que su pasado como miembro de los GAL no tiene nada que ver con el delito que ahora le ha llevado de nuevo a prisión. "Su notoriedad en el pasado y su proyección pública es lo que da relevancia a este caso, pero detenciones de estas características se producen todos los días", manifestó Fernández Díaz.

amplio historial Domínguez, mano derecha del excomisario José Amedo Fouce, nació en la localidad francesa de Chambery en 1957, aunque posee la nacionalidad española. En 1982 fue nombrado inspector de policía y durante cuatro años prestó sus servicios en la Jefatura Superior de Bilbao bajo las órdenes directas de José Amedo.

En 1994, Amedo y Domínguez admitieron su participación en las acciones criminales de los GAL e implicaron en los hechos a responsables del Interior en la época del Gobierno de Felipe González, así como a mandos de la policía española y de la Guardia Civil. En concreto, Domínguez reconoció su participación en el secuestro de Segundo Marey, primera acción reivindicada por los GAL. El expolicía fue el encargado de traducir al francés el comunicado en el que los GAL se hacían responsables del secuestro del ciudadano de Iparralde, secuestrado el 4 de diciembre de 1983 en Hendaia y liberado diez días después.

Tres años antes de su confesión, en septiembre de 1991, la Audiencia Nacional ya había juzgado a Amedo y Domínguez por varios atentados cometidos por los GAL. Condenó a ambos a 108 años de prisión por seis asesinatos frustrados y por asociación de malhechores. En 1998, el Tribunal Supremo, ya en referencia al caso Marey, condenó a José Barrionuevo, Rafael Vera y Julián Sancristóbal a diez años de prisión; a Miguel Planchuelo, Francisco Álvarez y José Amedo, a nueve años y seis meses; a Ricardo García Damborenea a siete años; y a Domínguez a dos años y cuatro meses. Los condenados debieron hacer frente además a una indemnización de 30 millones de pesetas a Marey.

Arrepentido Tras esta segunda condena, el expolicía salió definitivamente de la cárcel en 2000, nueve años después de la primera sentencia -la de 108 años- impuesta por la Audiencia Nacional. Entre una condena y otra, la de 1991 y la de 1998, Amedo y Domínguez se arrepintieron y en 1994 "decidieron colaborar" con la Justicia. Ambos implicaron a los altos cargos del Ministerio del Interior, con José Barrionuevo a la cabeza, en las acciones de los GAL, especialmente en el secuestro de Segundo Marey.

En 1995, Sancristóbal y García Damborenea -quien había sido secretario general de los socialistas vizcainos- asumieron también su participación en el secuestro del ciudadano de Iparralde e implicaron en el mismo a Felipe González, José María Txiki Benegas y Narcis Serra. Sin embargo, el Tribunal Supremo decidió en 1996 que no había indicios suficientes como para juzgar a González, Benegas y Serra, que nunca han llegado a sentarse en un banquillo por las acciones de los GAL.