Bilbao. Los cursos de ascenso en la Ertzaintza convocados durante el mandato de Rodolfo Ares en la Consejería de Interior siguen generando motivos para la controversia. Y, de nuevo, el foco de atención se centra en el curso para acceder a la categoría de subcomisario, de 40 plazas y que ha concluido con la publicación de la relación de agentes que han superado el periodo de prácticas y han subido un escalón en la Escala Ejecutiva. Según ha podido saber DEIA, uno de estos ertzainas está casado con una profesora de Arkaute que ha tomado parte en el proceso de formación, ya que calificó uno de los trabajos individuales y obligatorios del curso. Su marido sacó la cuarta mejor nota de toda la promoción.
Tras la conclusión del periodo de selección que daba acceso al curso -que tampoco estuvo exento de polémica por el cambio en el sistema de calificación-, el proceso formativo propiamente dicho para ascender a subcomisario comenzó el pasado 9 de enero. Curiosamente, ese mismo día la directora de la Academia de Arkaute, Elena Moreno, emitió una resolución por la que regulaba "la realización, presentación y calificación" de un trabajo individual obligatorio para los 40 agentes del curso. También estipulaba el "nombramiento del tutor y composición de la comisión de calificación" de dicho trabajo. Al día siguiente, el escrito fue expuesto en el tablón de anuncios de la Academia, en un lugar "poco frecuentado y no demasiado visible", afirman fuentes consultadas.
Una de las integrantes de esa comisión calificadora, tal y como aparece en la resolución, era la jefa del área de Derecho de Arkaute, A. L., que atesora una larga experiencia en la Academia. Se da la circunstancia de que esta profesora está casada con uno de los agentes seleccionados para realizar el curso de ascenso a subcomisario, el responsable de investigación de la Er-tzaintza en Araba, D. V. B.
Fuentes conocedoras de la situación consultadas por este periódico consideran que esta circunstancia de alumno y calificador que son a su vez cónyuges incurre en un incumplimiento de la Ley 30/92 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. El Capítulo III, dedicado a la Abstención y Recusación, y más concretamente el artículo 28, segundo punto, apartado B, establece como motivo de abstención en cualquier proceso relacionado con las administraciones públicas "tener parentesco de consanguinidad dentro del cuarto grado o de afinidad dentro del segundo con cualquiera de los interesados, con los administradores de entidades o sociedades interesadas y también con los representantes legales o mandatarios que intervengan en el procedimiento". Agrega en el quinto punto que "la no abstención en los casos en que proceda dará lugar a responsabilidad".
El Plan de Estudios establecido para el curso de subcomisario, basado en gran medida en el Derecho -la especialidad de A. L., que da clases de esta materia en la Academia-, contemplaba en su tercer punto la puesta en marcha de una comisión de calificación de los trabajos individuales que los agentes debían realizar sobre algunas de las materias abordadas. La resolución de la directora de Arkaute del 9 de enero daba forma y contenido a dicho órgano. Todos los ertzainas del curso aprobaron los trabajos y pasaron a la posterior fase de prácticas. Entre ellos D. V. B., marido de una de las integrantes de la comisión de calificación, que logró la cuarta mejor nota.
Durante el proceso de selección para acceder al curso, este agente quedó en el puesto 40 tras realizar las pruebas teóricas y la entrevista personal, posición que mejoró hasta la 37 una vez se tuvieron en cuenta los méritos profesionales y el conocimiento del euskara. Toda vez que el número total de plazas ofertadas eran 40, se puede decir que pasó el corte por muy poco.
"Es de principiantes" Fuentes del seno del Departamento expresaban su sorpresa ante la nueva polémica surgida con motivo de los cursos de ascenso. Respecto al papel desempeñado por la profesora de Arkaute, señalaban que "resulta muy increíble que, sabiendo que su marido se va a presentar, figure en la comisión, cuando cualquiera la puede recusar. Eso es de principiantes, no encaja con una profesional del Derecho".
En cualquier caso, la mano de A. L. en este curso no era fácil de detectar, pese a que en determinados ámbitos de la Consejería se conocía su participación. En una resolución del 6 de septiembre del año pasado, la directora de Arkaute Elena Moreno nombró "al tribunal calificador previsto en el procedimiento selectivo para ascenso a la categoría de subcomisario de la Escala Ejecutiva de la Er-tzaintza". Formado por un presidente, cuatro vocales y un secretario, así como sus respectivos suplentes, en dicho tribunal no aparecía la experta en Derecho.
En un posterior escrito del 13 de septiembre, que modificaba a los integrantes del tribunal -se sustituía al suplente del presidente y a una vocal-, tampoco constaba su nombre. Para dar con su pista había que ir al propio desarrollo del curso, con la comisión de calificación creada para puntuar los trabajos obligatorios.