Bilbao. Los procesos judiciales contra los GAL -Grupos Antiterroristas de Liberación- han pasado a la historia. Ayer, con una nueva absolución, se cerraba uno de los capítulos más sombríos sobre esa agrupación de la que hoy, veintiocho años después, apenas se conocen detalles. La Audiencia Nacional anunció que ha absuelto al ex jefe superior de Policía de Bilbao Miguel Ángel Planchuelo de haber ordenado los atentados cometidos por los GAL en febrero de 1986 en los bares Batxoki y La Consolation, en Baiona y Donibane Lohizune.

A él se le imputaba organizar financieramente una operación que la ejecutaron después sicarios portugueses en los dos bares de Iparralde, La Consolation y Batxoki. En el primero, resultó herida una persona presuntamente vinculada a ETA, mientras que el ametrallamiento del segundo de los locales tuvo como resultado seis heridos. En su sentencia, la sección tercera de la Sala de lo Penal recuerda que la acusación contra Planchuelo se fundamentaba en la comisión de hechos reivindicados por esta organización cuando éste ya había sido condenado por el secuestro de Segundo Marey con anterioridad.

"No está demostrado que el procesado Miguel Planchuelo tuviera conocimiento de los planes urdidos" por los expolicías José Amedo y Michel Domínguez, declara la sentencia. Y es que Amedo y Domínguez fueron condenados en 1991 a 108 años de prisión cada uno de ellos por reclutar a los mercenarios portugueses que ejecutaron los atentados en dichos locales. El tribunal considera además que Planchuelo ya fue condenado por el secuestro de Segundo Marey "bajo la misma reivindicación" por lo que "la pretensión de renovar el enjuiciamiento no ha lugar", considerado que no existen pruebas que vinculen de forma directa a Planchuelo con la financiación de la doble acción terrorista.

Sin embargo, la Acción Popular contra los GAL pedía 99 años de prisión en su contra al considerar que dio instrucciones a los pistoleros: Figueiredo Fontes, Rogelio Fernando Carvalho da Silva y Jorge Ferreira Cisneros Ferreira para cometer los dos atentados. Durante el juicio, celebrado en abril, cuatro peritos caligráficos expusieron al tribunal que habían identificado la letra del expolicía en una nota manuscrita incluida en un comunicado de reivindicación de acciones del grupo terrorista. Los expertos explicaron que la frase "aquí GAL" figuraba en el comunicado escrita a mano y destacaron que, según su análisis grafológico, fue Planchuelo el autor de la nota. Durante la vista también prestaron declaración las antiguas amantes de los policías José Amedo y Michel Domínguez. La primera de ellas, Inmaculada Gómez, declaró ante el tribunal que su pareja recibía órdenes de Planchuelo.

26 años de juicios El 16 de octubre de 1983 tuvo lugar la primera acción terrorista de los Grupos Antiterroristas de Liberación, el secuestro de los presuntos miembros de ETA Joxean Lasa y Joxi Zabala, cuyos cuerpos sin vida, salvajemente torturados, aparecieron enterrados en cal viva para intentar evitar su identificación años después. A partir de ahí, una siniestra historia de guerra sucia, de violencia terrorista recubierta de impunidad, que duró casi cuatro años y se llevó por delante la vida de 27 personas. 26 años después de que el terrorismo de Estado iniciara su desigual periplo por los tribunales, con la sentencia de ayer se da carpetazo a la historia de los GAL, sin que queden juzgados numerosos atentados y con más sombras que luces.

El 9 de diciembre de 1985 se celebró el primer juicio por los GAL en el Estado español. Entonces, la Audiencia Nacional condenó a 27 años de prisión a dos mercenarios por asesinar, por error, a Jean Pierre Leiba. Desde entonces, se han celebrado, además de este último, otros ocho juicios, con 24 condenados por los 27 asesinatos -e igual número de heridos- provocados entre 1983 y 1987 en numerosas acciones terroristas perpetradas, la mayoría, en Iparralde.

Buena parte de las incógnitas de ese periodo de cuatro años permanecen abiertas, comenzando por la identidad de la máxima autoridad política responsable de la puesta en marcha de los Grupos Antiterroristas de Liberación. Desde entonces se ha apuntado de forma recurrente a Felipe González, presidente del Gobierno español durante esos años, como la X situada en la cúspide de los GAL, pero este nunca ha sido juzgado y tan solo declaró como testigo en una ocasión.

El exministro de Interior José Barrionuevo y el exdirector de la Seguridad del Estado, Rafael Vera, fueron condenados en julio de 1998 por el secuestro del viajante de comercio Segundo Marey perpetrado en 1983. Son los condenados de la trama de mayor rango político. Durante este último juicio, Planchuelo y el exsubcomisario de policía José Amedo -que declaró en calidad de testigo- volvieron a extender en la Audiencia la sombra de la sospecha sobre el expresidente González al asegurar que "estaba detrás de todo".

Ahora se cierran definitivamente todos los procesos abiertos durante más de un cuarto de siglo. en este tiempo solo se han juzgado cuatro atentados con resultado de muerte: las de Joxean Lasa y Joxi Zabala, el político Santi Brouard, la de Jean Pierre Leiba y la de Robert Caplanne. El resto quedan sin respuesta, con los asesinos gozando de impunidad y libertad. En los casos de los condenados además, las penas recibidas fueron casi inexistentes para los actores de relevancia, como los propios Barrionuevo y Vera, que apenas pasaron tres meses en prisión antes de ser indultados por el gobierno de Aznar. Enrique Rodríguez Galindo -coronel de la guardia civil- y Julen Elgorriaga -ex gobernador civil de Gipuzkoa-, acusados por el caso Lasa-Zabala a 75 años de prisión, también fueron excarcelados prematuramente argumentando ambos problemas de salud.