El pasado 1 de enero, el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Bilbao ordenó al Ayuntamiento de Zornotza la retirada del nombre Txiki-Otaegi a una calle de esta localidad vizcaina. Según se señalaba en la sentencia, con la placa se pretendía "distinguir y homenajear" a los miembros de ETA Juan Paredes Manot y Anjel Otaegi, fusilados el 27 de septiembre de 1975, "vulnerando de este modo la Ley de Partidos". Este, sin embargo, no se trata de un hecho aislado, sino que en los últimos años, sobre todo a través de denuncias presentadas por asociaciones como Dignidad y Justicia, han sido muchos los pueblos a los que se les ha conminado a la retirada de placas instaladas en plazas o calles en memoria de militantes de ETA o de personas que murieron en manifestaciones. Placas que, por otro lado, en la mayor parte de los casos han contado con la aquiescencia y respeto de los vecinos.
Así sucedió en Hernani, donde se ordenó la retirada de la placa y un monolito en recuerdo de José Aristimuño, Pana; en Arrigorriaga, donde se obligó a la retirada de una placa en homenaje a José Miguel Beñaran Ordeñana, Argala; o en Algorta, donde se retiró la placa que daba nombre a la plaza en memoria de Eustakio Mendizabal, Txikia. Lo curioso del caso es que todos estos municipios están gobernados por alcaldes nacionalistas. En el caso de Hernani la alcaldesa pertenece a la ilegalizada ANV, mientras que en Getxo, Arrigorriaga y Zornotza, el primer edil es militante del PNV.
Sin embargo, Eibar, con alcalde socialista, jamás ha tenido este problema. El 27 de septiembre de 2006, y con el actual consejero de Transportes y Vivienda del Gobierno vasco, Iñaki Arriola, como primer responsable municipal, se colocó una placa en la calle Toribio Etxeberria, uno de los centros neurálgicos del municipio armero, en la que se rendía homenaje a ocho personas, algunas de ellas destacados militantes de la organización armada. La placa contiene el verso de Lauaxeta: "Dana emon bihar jako maitte dan askatasunari" (Hay que darlo todo por la libertad que amamos) y la leyenda: "Burrukan hil diran eibarko seme alaberi maittasunez" (Con cariño a los hijos de Eibar que murieron por la libertad).
Los ocho nombres que aparecen en la placa corresponden a: Roberto Pérez Jauregi, que murió por disparos de la policía en el transcurso de una manifestación contra el Consejo de Guerra de Burgos (1970); Xabier Gorrotxategi, miembro de ETA muerto en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Ispaster (1980); Jokin Etxeberria y Espe Arana, matrimonio asesinado por el Batallón Vasco Español (BVE) en Caracas (1980); Félix Badiola y José Antonio Garate, miembros de ETA muertos en Arrasate al explotarles el artefacto que transportaban; Josu Retolaza, muerto de cáncer tras permanecer varios años en prisión, donde le detectaron la enfermedad; y José Luis Arrieta Zubimendi, Azkoiti, histórico militante de ETA muerto de un ataque al corazón en Toulouse (2001).
QUERELLAS La placa ha tenido mejor suerte que las otras anteriormente citadas ya que continúa en su sitio, sin que, en esta ocasión, ninguna asociación haya exigido a la justicia, ni a la propia corporación municipal, que se proceda a su retirada. En un acto, que pudiera ser calculado al milímetro, el actual alcalde armero, Miguel De los Toyos, cabeza de lista del PSE para los comicios del próximo 22 de mayo, no ha tenido que soportar la presión a la que han sido sometidos otros alcaldes.
Dignidad y Justicia, la asociación presidida por Daniel Portero, que ha actuado como acusación particular en los juicios contra Egunkaria y Udalbiltza, presentó una serie de querellas contra diversos alcaldes, todos ellos nacionalistas, en los que en sus municipios estaban instaladas placas. Alcaldes como David Latxaga, de Zornotza, Alberto Ruiz de Azua, de Arrigorriaga; o Eneko Arruabarrena, de Leioa, vieron cómo se presentaba una denuncia contra su persona e incluso alguno de ellos, como Ruiz de Azua, fue interrogatorio por orden del juez Pedraz.