elgoibar
El elgoibartarra Félix Etxeberria retrocedió ayer 74 años en su memoria. Entonces, cuando sólo tenía diez primaveras, se topó de bruces con el terror de una guerra como la civil de 1936: un asesinato. Junto con su perro, el niño del caserío Parapan de Sallobente percibió que de la tierra sobresalía el cadáver de un hombre. "El perro se comió una mano y yo recuerdo que le tiré unas piedras a la tripa. Mi hermano también lo vio", evoca. "Entonces, vino el veterinario, lo denunció e hicieron otro agujero para volver a enterrarle", agrega a modo de valioso testimonio.
A día de hoy, aunque el propio Félix ha señalado el lugar del suceso, aún no se han localizado los restos de aquel varón. Tampoco los de otro muerto que él también se encontró dos días más tarde. Sin embargo, la perseverancia de Etxeberria por arrojar luz sobre hechos como éstos sí dio sus frutos en otra búsqueda. El de Elgoibar movió los hilos para que la Sociedad de Ciencias Aranzadi diera con el esqueleto de un tercer hombre. En este caso, fue un amigo de Félix, Juan Mari Aranberri, vecino de Azkoitia, quien le hizo saber otro lugar donde su padre y un amigo, Rafael Azpiazu, lo enterraron tras la entrada de los facciosos a Elgoibar por Azkarate.
Ambos se personaron en el barrio azkoitiarra de Madariaga en un paraje donde un hombre fue enterrado con toda probabilidad el 21 de septiembre de 1936. Juan Mari recordaba que era un miliciano con herida de fuego en el rostro y que quedó abandonado tres días después del tiro que, con toda probabilidad, le quitó la vida.
un cráneo bajo un vertedero
"Dicen que era un carnicero"
Así, el 15 de diciembre de 2007, el grupo de estudio sobre memoria histórica Elgoibar 1936, localizó el enterramiento con ayuda de una pala mecánica en un nevero existente en ese lugar, tras retirar abundante basura de un vertedero de un bar. En la visita al lugar efectuada por Aranzadi el día 17 de diciembre de 2007, la sociedad confirmó que se trataba de un cráneo humano. El esqueleto estaba completo y en buen estado de conservación, cuatro metros bajo tierra. "Dicen que eran los restos de un carnicero. Apareció con las botas puestas", resume Félix Etxeberria. Desde Aranzadi corroboraron que era un hombre joven, de entre 30 y 40 años, con arrancamiento de hueso en un pómulo que podría ser debido al paso de un proyectil. Se le descubrió con botas de cuero provistas de tachuelas redondeadas en las suelas. Asimismo, se localizaron dos botones metálicos, un enganche o trabilla y un botón de nácar.
Setenta y cuatro años después del terror sembrado por falangistas y requetés por la zona de los altos de Azkarate y Madariaga, esta tarde, el pueblo de Elgoibar recibirá el Autobús de las Estrellas de la memoria. Habrá un homenaje a las 20.00 horas en la plaza de la casa de cultura. La asociación Elgoibar 1936 mantiene el espíritu emprendedor de Félix Etxeberria para seguir localizando cuerpos a los que sus familias puedan dar un entierro digno. En el Estado, hay aún 114.000 desaparecidos de la Guerra Civil y la dictadura.