BILBAO. Tras un inicio de la temporada de fiestas, en Euskadi, marcado por una relativa normalidad, durante la madrugada de ayer se rompió la tendencia en Zarautz. Desconocidos incendiaron 15 contenedores de residuos urbanos, en trece puntos distintos de la localidad costera que ocasionaron quemaduras leves en un brazo a un agente y la torcedura de una mano a otro de los policías autónomos que intervinieron.

Cabe destacar que ayer la única dotación de la Ertzaintza de servicio en Zarautz, a la hora de los incidentes, la formaban dos patrullas de la comisaría local, además de una brigada de refuerzo trasladada al efecto desde la comisaría de Erandio, según fuentes sindicales de la policía autónoma, a las que ha tenido acceso este diario.

Para el sindicato policial abertzale ESAN, el número de efectivos destinados era del todo "insuficiente" para la dimensión de la localidad y teniendo en cuenta la aglomeración de personas prevista, siendo agosto y estando en fiestas. Tanto ESAN como ELA, han manifestado su solidaridad con los agentes heridos y denunciado la nefasta política de seguridad ciudadana que practica el actual Departamento de Interior, manifestada en un "fallo de prevención con mayúsculas" consecuencia de la falta de plantilla.

El sindicato mayoritario de la Policía vasca ErNE, además de solidarizarse con los ertzainas heridos, ha felicitado a los agentes por su "profesionalidad en la protección de los ciudadanos y ha reclamado del Departamento de Interior que "dote a los agentes de los medios, tanto personales como materiales necesarios para atender este tipo de incidentes".

La Ertzaintza identificó a dos personas en relación con los incidentes e investiga si lo sucedido se vincula con una acción de kale borroka o responde a una "gamberrada", fuentes de la lucha antiterrorista se han inclinado por la primera opción. De confirmarse que se trata de un acto de violencia callejera, supondría un cambio cuantitativo en la actividad de sectores vinculados a la izquierda ilegalizada que, en los últimos años había disminuido la intensidad y frecuencia del vandalismo callejero.

El hecho se desmarca, asimismo, del acuerdo rubricado entre EA y la izquierda abertzale tradicional en el que se fijaban como objetivo impulsar el Estado vasco a través de la confrontación con el Estado español por vías "exclusivamente pacíficas, políticas y democráticas".

El alcalde de Zarautz, Jon Urien denunció que estos actos "organizados y planificados" suponen "un grave peligro" para los domicilios y otros bienes públicos y privados. El primer edil denunció que los hechos pretenden "romper el buen ambiente y la tranquilidad que se respira en el pueblo". Urien también realizó un llamamiento a la serenidad y tranquilidad de los vecinos al tiempo que exigió "respeto para la gran mayoría de convecinos que quieren vivir en paz".

DUDAS SOBRE LA AUTORÍA Las reacciones de las fuerzas políticas no se hicieron esperar y, a pesar de la cautela mostrada a la hora de definir la autoría e intencionalidad del acto vandálico, las muestras de repulsa han sido unánimes a excepción de ANV. La formación abertzale, a través de la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, calificó lo sucedido en Zarautz, como de una "situación muy confusa", de la que reconoció saber muy poco para poder realizar una valoración.

Hamaikabat, partido al que pertenece el alcalde zarauztarra, manifestó que "estos episodios de violencia callejera, si bien son de menor consideración, suponen una huida a ninguna parte", por lo que exige "la eliminación de toda expresión de violencia y el desmarque de este tipo de acciones".

EA, a través de una nota, manifestó que no iba a entrar a en una valoración política de una acción que puede ser obra de unos "gamberros". Sin embargo, la formación liderada por Pello Urizar anunció que si los incidentes tienen un origen "político", volverá a posicionarse en contra de cualquier acción violenta porque "sólo a través de las vías políticas, civiles y pacíficas se alcanzará la normalización política de Euskal Herria".