Javier Zabala: "Cuando salgo a la cancha, me da igual que haya 3.000 o 60.000 espectadores"
La respuesta de Javier Zabala en su primera final oficial, la del Cuatro y Medio de este domingo, parece una incógnita, pero no para él, quien cree que son partidos que sacan su “mejor versión”
Javier Zabala (Logroño, 1997) debutó en 2019 y le ha costado seis años alcanzar su primera final oficial de Primera. Siendo un pelotari con una zurda privilegiada y poseedor de dinamita en sus manos, se esperaba que el riojano explotara en el mano a mano, mas sus mejores resultados han llegado en el Cuatro y Medio. El 7 de julio se jugó la txapela del acotado de San Fermín contra Peña II (22-20) y unos meses después pelea por la oficial. El logroñés aspira a suceder a Barberito I (1955 y 1956) y Titín III (2007) en el palmarés de La Rioja ante Peio Etxeberria este domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao.
Zabala sale vivo de la montaña rusa del Cuatro y Medio
Juega su primera final de Primera categoría en la Liga de Empresas este domingo y será la del Cuatro y Medio frente a Peio Etxeberria en el frontón Bizkaia de Bilbao. ¿Cómo espera que se desarrolle el encuentro?
—Espero una batalla en cada tanto. Creo que se van a vender todos los tantos muy caros y que va a haber pocos saques directos. Diría que Peio es un pelotari que se agarra muy bien a los partidos. Será supercomplicado conseguir tantos gratis y rápidos. Será durísimo. Hay que llegar tremendamente concienciado de que voy a sufrir, de que va a ser duro y de que hay que tomar mucho aire entre tanto y tanto para recuperar. Me estoy preparando a conciencia para ello.
¿Qué le parece el escenario, el frontón Bizkaia?
“Hasta ahora no sabía lidiar con la presión de ser la esperanza riojana, pero le he dado la vuelta”
—Es noble y cómodo para jugar. No hace excesivos extraños. Es bueno para los dos. Tiene el suelo rápido y eso es algo que me gusta. Con respecto a una modalidad como el Cuatro y Medio, diría que es un escenario perfecto.
Cuando debutó como profesional –31 de marzo de 2019–, lo hace con la medalla de campeón del mundo mano a mano en el cuello y el aura de pelotari nacido para triunfar a toda la cancha. Sin embargo, su primera final Serie A le llega en el Cuatro y Medio, una modalidad que suele costar a los pelotaris largos como usted.
—He transformado mi juego. En vez de ese golpe largo, he tratado de hacer daño con la velocidad y el golpe de zurda de costado, de medio lado. Hago estragos con el pelotazo largo por la pared y trato de aprovechar el saque. Me lanzo y meto ritmo con la volea y el gancho. También es esencial un buen cardio para sufrir tanto a tanto. Además, hay que tratar de mezclar golpes largos, de velocidad, con la izquierda y con el brazo encogido. Es algo que he modificado durante estos años y que me hace pasar de manomanista a pelotari de la jaula.
Los golpes duros de Javier Zabala
Habla, entre otras cosas, de ganar experiencia y saber seleccionar; es decir, aprender el oficio. Se necesita tiempo para que el manista se cueza. Usted debutó en 2019 y ha tardado seis años en alcanzar su primera cita oficial por una txapela. Lo realmente complicado es que haya un deportista que tire la puerta abajo a toda velocidad, como pudo ser el caso de Jokin Altuna, ¿no?
“He transformado mi juego para pasar de pelotari del Manomanista a rendir en el Cuatro y Medio”
—Así es. He pasado golpes duros. Fíjese, el año pasado me quedé en la previa ante un Aitor Elordi que salió superagresivo y no supe darle la vuelta. He tomado cartas en el asunto y he intentado evolucionar. Diría que he mejorado mucho el resto y se ha notado durante el campeonato. Es necesario ser consciente de que va todo muy rápido y es vital una buena movilidad de piernas para defender al ancho y atacar a la vez; también hacer daño en cada golpeo, no venderte y darle velocidad cuando tienes pelota.
Zabala pega un salto y Altuna da el susto
Hace continuamente alusión al cardio, pero es cierto que en ocasiones el ritmo que imprime a los partidos acaba causándole problemas hasta a usted.
—Tengo que tener cuidado en cada golpe y jugar con cabeza. Los partidos son muy largos y si va igualado, acabo sufriendo mucho. Me toca intercalar pelotazos duros con otros con ángulo para hacer correr al rival. Me estoy preparando muy duro físicamente para aguantar este tipo de partidos. Sobre todo, hay que tener cabeza en el inicio para no desfondarte y quedarte sin aire.
Peio Etxeberria, finalista del Cuatro y Medio por tercera vez consecutiva
Todos los deportistas no siguen la misma evolución.
—Efectivamente. Hay pelotaris como Jokin Altuna que nace con ese don, que es llegar y besar el santo; pero los demás, los humanos, tenemos que ir dándonos golpes para aprender y saber por qué camino tirar. Me ha costado amoldarme como también me costó debutar. Los de mi edad debutaron uno o dos años antes que yo, pero yo no perdí la ilusión y la esperanza. He seguido entrenando duro desde el primer día, sabiendo que podía llegar esta explosión. En el deporte hay que tener paciencia.
La ansiedad de la juventud
¿Sintió alguna vez ansiedad por subir ese escalón?
—Uno cuando es joven lo quiere todo y lo quiere rápido, pero he de reconocer que la empresa Aspe me ha cuidado en ese aspecto, han tenido paciencia y me han dado oportunidades. Sí que es verdad que a veces aparecen las ganas de querer subir pronto, pero diría que he sabido mantener la calma.
¿Así saben mejor las cosas?
“Espero una batalla en cada tanto. Peio Etxeberria es un manista que se agarra muy bien a los partidos”
—Diría que sí. Si ves lo duro que es y lo que cuesta, lo saboreas más cuando llegas al objetivo.
La evolución
Ha vivido decepciones profundas tanto en partidos que ha caído derrotado como por los problemas de manos, que han mediatizado muchas de sus actuaciones.
—Ha sido una trayectoria sufrida. En estos momentos, que estamos en una final, tanto mi entorno como yo estamos disfrutando de esto. Sabemos que no ha sido un camino de rosas y que todo se puede torcer, pero que puedo dar este nivel. No perderé nunca la esperanza.
El muchacho que debutó en 2019 ha evolucionado como pelotari y como persona...
—Y es fundamental para afrontar estos encuentros. Cuando eres más joven, todo pasa muy rápido. Ni recuerdo cómo afrontaba los partidos entonces. Lo que sé es que ahora quiero salir y llegar a 22. No pienso en nada más.
Gestionar el peso de La Rioja
Usted es de Logroño, una región muy pelotazale y muy pasional con sus pelotaris. ¿Cómo ha vivido llevar a la espalda la etiqueta de ser una de las grandes esperanzas riojanas?
—Hasta ahora no sabía lidiar con ello. Cuando debuté, me traían partidos al Adarraga y los vivía con gran expectación y muchas ganas, pero no salían bien. Le he dado la vuelta. Le he dado un giro. Toda esa presión la he transformado en ganas de devolver todo el cariño que me dan los aficionados. Es una cosa importante de mi carácter, que en los partidos bonito me crezco. Tal vez sea por la intención de devolver todo lo que me han dado y todo ese cariño como agradecimiento. Lo hago por ellos. He transformando lo malo en algo bueno.
Le están recordando continuamente la figura de Titín III, el último campeón riojano del Cuatro y Medio en 2007.
“Hay pelotaris como Altuna, que nacen con el don; pero el resto, los humanos, tenemos que recibir golpes”
—Nos dejó el listón muy muy alto. Aunque eso también hace que quieras estar cerca de lo que vivió él. Me toca ahora a mí llenar el frontón con la gente de La Rioja. Fíjese, Titín III fue capaz de ganar txapelas en tiempos de Retegi II, Olaizola II y Martínez de Irujo. A ver si se nos contagia la garra que tenía.
¿Le han mandado algún mensaje los pelotaris riojanos?
—Me encontré con David Merino en mi barrio y me ha dado la enhorabuena; además, pude pasar un rato con Augusto. Que te den sus consejos, cómo lo ven, es de agradecer. Enfocaré el partido con ganas, con confianza, como ellos.
"Me gusta lo épico"
Peio Etxeberria alcanza su tercera final consecutiva del Cuatro y Medio y lleva cinco semifinales. Está instalado en la élite del acotado. ¿Le colocaría el cartel de favorito?
—Sí. Lleva muchos años demostrando el gran especialista que es. Lleva tres finales y, ahora que estoy dentro y soy consciente de lo que cuesta, veo el mérito que tiene. Le cedo el cartel de favorito y que salga con la presión. Voy con ilusión y ganas de disfrutar del día. Saldré a muerte a por la txapela.
Peio Etxeberria es uno de los pelotaris con mejor físico del cuadro profesional. ¿Plantearle un partido en ese aspecto sería un suicidio?
“He tenido una trayectoria sufrida. Sé que no ha sido un camino de rosas y que se puede torcer”
—Puede ser, pero voy a por ello. Me gusta lo épico y confío mucho en el trabajo que he hecho. Este verano hemos jugado en contra –ganó el riojano dentro del Cuatro y Medio de San Fermín por 13-22 en el frontón Atano III de Donostia– y tengo que salir muy agresivo. No desdeño una batalla física. Cada tanto será caro.
¿Qué supone para usted haber alcanzado esta final?
—Es un premio a la vuelta que he dado a los problemas de las manos, de las que tanto he sufrido durante todos estos años. Además, es algo que servirá para agradecer al entorno que tengo, que tanto me ha apoyado y que ha creído tanto en mí. Será un día para que disfruten y agradecer desde dentro todo lo que han hecho para que yo mejore y tire para adelante.
Un sueño
Se cumple un sueño.
—Así es. Toda la vida he visto finales por la televisión; así que ser protagonista de una de ellas imagínese lo que supone para mí. Voy a exprimirme al máximo para tratar de llevarme la txapela.
“Esta final supone un premio a la vuelta que he dado a los problemas que he sufrido en las manos”
Habrá 3.000 personas en el frontón Bizkaia de Bilbao. No es moco de pavo.
—El público aprieta. Tuve la suerte de vivir algo parecido en el Cuatro y Medio de San Fermín en el Navarra Arena de Iruñea y es algo que impone. Son situaciones que me hacen sacar mi mejor versión e intentaremos que eso suceda. Una vez que salgo a la cancha, me da igual que haya 3.000 o 60.000 personas, me centro únicamente en jugar.
