EL Emakume Master Cup en el Cuatro y Medio comenzará el sábado en el frontón Larrea de Santurtzi y la jornada será muy especial. Si bien se trata del estreno de una competición novedosa, Aintzane Ortiz Ortiz (Santurtzi, 1987) vivirá su bautismo de fuego. La manista del club Itsasalde se erige como la punta de lanza de la localidad y una de las pocas mujeres pelotaris de la historia de Ezkerraldea con licencia federativa para jugar a pelota a mano. Y es que, a pesar de que en la cita podrán entrar en liza pelotaris que no están reguladas, entre ellas otras cuatro mujeres santurtziarras, Ortiz es la única con ficha para competir en los torneos oficiales que organizan los distintos entes federativos. La primera de la historia del pueblo. Casos como los de Cristina Tejero, de Ortuella, que jugó en escolares, o el de las actuales Alba Monje e Irati Oleaga, de Sestao, la barakaldarra Maialen Bedia o la ortuellarra Marta Gómez, alimentan el camino abierto por las féminas manistas en la comarca desde la base. Aintzane, quien ya se vistió de blanco en algunos encuentros de fiestas, saboreará la jaula ante Gentzane Alday y Mari Carmen Zubiaur.

Destaca la manista que el gusanillo le picó desde niña. “Mi aita es de La Arboleda y, cada vez que íbamos hasta allí, jugábamos un rato en el frontón”, cuenta Ortiz. Después, la vida tuvo que dar muchas vueltas para recalar en el escenario de los sueños vestida de blanco. Fue en junio. Antes, la estrecha relación de la deportista con los padres de un niño de la escuela acabó por introducirla en el mundo pelotazale. “Pregunté si no había chicas jugando en el pueblo a mano y ellos me comentaron que no, pero que en el club estaban deseando que las mujeres probaran la modalidad”, analiza la pelotari. Dicho y hecho. “Fui a probar. De pequeña ya ensayé con los amigos. Tenía un buen recuerdo”, desgrana. “De momento estoy aprendiendo. He jugado varios encuentros y hay buen nivel. Quiero disfrutar de este deporte”, advierte Ortiz.

“Soy nueva en este mundo, pero, comparado con el fútbol femenino, que es el deporte que siempre he vivido, me llevé una grata sorpresa porque se está promocionando mucho”, revela Aintzane, quien relata que “se está intentando que este mundo crezca”. “Se ve que hay muchas ganas de que la mujer se incorpore a la mano”, recita Ortiz. La santurtziarra, además, cuenta con el soporte del club de pelota de la localidad costera, que en los últimos tres cursos estaba removiendo cielo y tierra para sacar un bloque femenino. “En el momento en el que me puse en contacto con Itsasalde les hizo mucha ilusión. Me dieron facilidades. Una de las cosas habituales en el deporte femenino es que no haya vestuarios y lo primero que hicieron fue habilitar uno para las mujeres. También me han ayudado con el material. El recibimiento fue genial”, manifiesta Ortiz. El bloque se ha encargado de unir a la pelota a mano femenina con el pueblo. “Se podría decir que me están mimando”, desvela. Iker Fernández, responsable del bloque santurtziarra, admite que apostaron fuerte por establecer sesiones de chicas. “Encajamos los entrenamientos de los niños para dejar una hora libre para que ella entrenara. A raíz de ahí, algunas amas quisieron probar y ya tenemos un grupo interesante”, señala.

“Cuando llegué no había chicas. Las amatxus y las familiares del club se han animado y ya somos cinco chicas”, cuenta Aintzane, quien apostilla que “sí que es verdad que en el individual toda la responsabilidad del juego recae sobre una misma. Hay una barrera de vergüenza en el campo femenino que tenemos que superar”.

Por otro lado, siendo la primera del pueblo en romper fronteras, califica que “en Santurtzi sí que puedo ser pionera por tener ficha. En el resto de Bizkaia o Euskadi hay un montón de chicas. Seguro que anteriormente ha habido mujeres jugando a mano, pero no han estado reguladas”. Más que un objetivo deportivo, la intención de Ortiz es divertirse y “dar visibilidad”. “Por un lado, está lo que disfrutas jugando y, por otro, que se vea y que las niñas tengan la oportunidad de jugar a lo que quieran. Es un deporte nuestro”, confiesa y analiza que “por lo menos, que exista para las más pequeñas la oportunidad y que no sea solamente un mundo masculino al alcanzar cierta edad”.

Estreno en casa “Las amigas y la familia están siempre pendientes de venir a verme. Por una parte, viene bien el apoyo, pero me pone nerviosa porque me veo un poco verde. Da responsabilidad”, revela. Y es que, proviene de una familia pelotazale. “En casa siempre se ha visto pelota. No sigo a alguien en especial, pero soy más de Aimar Olaizola”, finaliza Ortiz, que este año compaginará la pelota con el fútbol sala.