Huracán Ezkurdia

Duración: 51:15 minutos de juego; 14:32 de juego real.

Saques: 2 de Retegi Bi (tantos 6 y 11) y 3 de Ezkurdia (tantos 3, 10 y 18).

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 307 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 8 de Retegi Bi y 13 de Ezkurdia.

Errores: 6 de Retegi Bi y 2 de Ezkurdia.

Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 2-4, 3-5, 4-7, 4-8, 5-10, 7-11, 8-14, 8-15, 9-18, 9-19, 10-19, 12-20 y 12-22.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Julián Retegi (con su hijo Julen) y Mattin Ezkurdia (con su hermano Joseba).

Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Manomanista de Primera disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Buena entrada.

Bilbao - El cemento en el juego, la sobriedad, la contemporización, le vino a ver a Joseba Ezkurdia poco a poco, según iba creciendo en el profesionalismo. Él, un tipo grande, alto, ancho, comenzó su andadura en el Olimpo manista con fuerza, con potencia, exhibiendo unas facultades físicas estupendas, pero el hormigón le tardó en llegar. Se le vieron las costuras en eliminatorias de pugnas individuales en las que Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo, tocados ambos, con el marcador en contra, le robaron la cartera. También lo hizo Oinatz Bengoetxea el curso pasado en el Manomanista. Así las cosas, Ezkurdia está cada día más acorazado, más maleado, menos maleable. Ayer lo demostró en el Labrit de Iruñea, poco queda del Joseba que se vino abajo con el marcador a favor. Contra Julen Retegi, en una batalla dura, complicada, potente, con mucho ritmo, actuó con grandeza en todos los aspectos del juego. El eratsundarra, un manista duro, ya adelantaba que su contrincante “estaba rápido” y lo sufrió. Ezkurdia, asentado, tranquilo, estupendo, con el golpe marcado a fuego con un material que abría brechas, con salida, fue superior a su contrincante, pero tuvo que sudar para hacerlo. No se vino abajo, se concentró y dominó. A favor de corriente, Ezkurdia asomó huracanado en un encuentro de digestión lenta.

Puso las cosas complicadas en el vaivén de la eliminatoria Retegi Bi, que obligó a Joseba a exprimir los pulmones y mostrar que el transporte es una virtud a estas alturas. El voleísta de Arbizu anunció potencia en la pegada y Julen, que es un fajador nato, se dedicó a actuar con la tendencia a la contra, peleando fuera de juego, lejos del frontis, atándose al aire para defender y mantener la cordura. Aun así, se vio abatido por la distancia entre ambos, trazada a golpe de derechazos. A pesar de todo, el marcador acabó con mayor holgura en la numeración que en el juego. Pero, la distancia fue una evidencia: Julen jugó bien; Joseba, perfecto. Ahí radicó la brecha.

Solo hubo una igualada en el luminoso, fue en el 1-1. Después, el joven delantero de Aspe, poniendo los cimientos en su fuerza, rompió el partido. Encañonó a Retegi Bi, que resistió las embestidas como pudo en un alarde físico y de saber estar. Pero, la alternativa la tenía, casi siempre, del de Sakana. El resultado, que se abrió 1-4, se comprimió ligeramente entonces, hasta el 3-5 en los instantes de iniciativa colorada, pero no hubo mucha más emoción. La pegada fue superior a las labores técnicas de un Retegi Bi que, siendo su mayor arma la dejada, apenas la usó, por miedo a venderse.

Joseba, serio, perfecto, rompió el luminoso con el 4-10 y navegó hacia el final del partido con relajo, puño de hierro y las ideas claras. Se escapó hasta el 7-14 y el 8-18. Julen buscó un conato de revolución y dio la sensación de tener trazas de conseguirlo. Pero su adversario mostró su pose de cemento. Y de huracán. Ezkurdia será el rival de Urrutikoetxea en cuartos el sábado en Bilbao.