El hambre de Mikel Larunbe
El de Galdakao aspira hoy a convertirse en campeón del Parejas de Segunda junto a Asier Agirre en el Labrit de Iruñea
DICE Mikel Larunbe (Galdakao, 1993) que ahora se encuentra en un momento bueno, cuando acaba de empezar su cuarta temporada en las filas profesionales de Asegarce. No lo dice por los resultados, ni porque esté en su segunda final del Parejas de Segunda consecutiva. No lo cuenta porque sueñe con jugar arriba con los mejores y lo quiera conseguir a toda costa. Es ambicioso, sí, eso sí que lo recalca, pero no lo explica por eso. Dice que está en un instante en el que “veo que están llegando los resultados”. Es por eso por lo que está contento Larunbe. “Me siento más a gusto”, desvela el galdakoztarra, quien apostilla que “lo que me llena es que veo los resultados a todo el trabajo que estoy haciendo durante estos años. No pienso en correr en mi carrera, pero el primer año venía al frontón y estaba perdido”. Lo que es seguro, asume Mikel, es que “me gusta mucho jugar a pelota y soy muy trabajador. Así voy a seguir el resto de mis días”.
Es el leitmotiv de Larunbe, un tipo espigado y con hambre, con ganas de devorar el mundo manista. Le han hecho crecer estos tres cursos de trabajo duro y pelea por encontrar su mejor versión y un crecimiento con un tajo diario y oscuro. Él mismo reconoce que se ha encontrado con cuatro fases bien distintas desde que debutó. La primera de ellas le dejó marcado. “Debuté bien (5-I-2013), pero me fastidié la derecha y pensé que haciendo un poco de agujero en el taco, como en aficionados, iba a andar bien en el siguiente partido. Ese duelo era ya de campeonato. Hice un parche terrible y eso me marcó. Después, tenía la mano mal cada dos por tres y estaba sin confianza. Fue duro. En junio de ese año me lesioné la muñeca y estuve cinco meses parado. Los parones me sientan fatal. Me costó recuperar el juego para soltarle con la derecha”, desgrana Larunbe. La segunda etapa de Mikel llegó tras el otoño de 2013. Comenzó su segundo Parejas de Segunda, el primero con Jorge Rico. “En el tercer o cuarto partido, contra Mendizabal III-Tolosa, Rico se lesionó el dorsal cuando mejor estábamos jugando. Después, con Lemuno no ganamos ni un solo partido. Caí otra vez en esa desconfianza”, recuerda Larunbe, quien afirma que “es lo peor para mí. Parece que no le vas a dar”.
Sin embargo, después, con el calor veraniego y el aumento de partidos, se encontró con un consejero de excepción, Pablo Berasaluze, que le dijo que tenía que “meter horas” en el frontón para mejorar. Lo hizo. “Ese verano empecé a subir. Invertimos mucho tiempo en la cancha”, concreta el guardaespaldas.
A finales de 2014, Asegarce volvió a determinar que Larunbe se uniera a Rico IV en el torneo de plata. “En el segundo campeonato con Jorge noté mejoría. Era pequeña, a pesar de todas las horas que había metido. Empezamos mal, pero conseguimos una racha de partidos con buen juego y conseguimos meternos en la final. Bastante hicimos, porque Jorge, con lo de su aita y la mano, y yo, con la izquierda tocada, estábamos renqueantes. Salimos con toda la garra”, argumenta el de Galdakao. De hecho, comenzaron como un ciclón, pero Erik Jaka, con un final de partido increíble, y Xabier Tolosa les arrebataron la txapela (17-22). Y todo ese camino fue un aprendizaje para el galdakoztarra, con mucho futuro por delante, que desbroza que “he aprendido de estos años que de los momentos duros se aprende mucho, que no venirse abajo vale un montón y que la única manera que puedo mejorar es trabajando duro”. “He metido muchas horas analizando y entrenando con Josetxu Areitio y el cazo. Trabajo mucho tiempo, pero la mejoría va poco a poco. Eso da confianza. Me siento más a gusto, aunque siempre hay rachas malas”, remacha el galdakoztarra, quien añade que “desde pequeño he sido un pelotari que he progresado poco a poco”.
Con más calma En la final de hoy, Larunbe comparte gerriko con Asier Agirre, un delantero valiente pero que en menos de un año como profesional ha sufrido mucho por las lesiones. Mikel admite que “llego mejor que el año pasado, sin pegas” y que “cuando llegas a una final, piensas en ganarla, pero yo quise disfrutar en 2015 y aprendí a vivir el momento. Este año, ese puntito de calma lo tenemos”. Se enfrentarán a Gorka Esteban y Xabier Tolosa, ambos campeones de la modalidad, en el Labrit de Iruñea a partir de las 18.45 horas (ETB-1). “Ellos son un poco más favoritos para llevarse la txapela. El peso que tiene Gorka y su veteranía y el valor seguro que es Tolosa pueden ser claves. Yo puedo ser más irregular, pero me encuentro a gusto, con chispa. Si dominamos, podemos ganar”, analiza el zaguero vizcaino.
Se da la casualidad que el dueto Agirre-Larunbe apenas ha podido mezclar en tres ocasiones, porque el resto del campeonato el de Arrotxapea estuvo fuera de órbita por problemas físicos. Aun así, la “confianza” es máxima. “Entrenamos bastante de cara a los partidos y pensamos en cómo van a ir. Durante el choque, además, hablamos bastante de qué tenemos que cambiar o no. Hay confianza, aunque hayamos jugado poco juntos. En la final, seré más veterano que Asier, pero él es valiente y le veo enchufado”, revela el de Galdakao, que perdió la final de 2015 contra el mismo zaguero, Tolosa. “He jugado mucho contra Xabier. Es la revancha del año pasado”, asevera el pelotari vizcaino, quien advierte que “estoy motivado”. “Tengo ganas de jugar y tengo hambre. Vamos a salir a tope”, declara. Con Gorka y Tolosa enfrente, el duelo se asoma bastante duro. “Ellos no regalan y hacen jugar mucho. Va a ser un partido largo, pero no tenemos miedo. No nos viene mal. No tengo miedo a que se me haga largo. Quizás sí a perder más pelota”, finaliza el guardaespaldas de Galdakao.