bilbao. El de ayer era un día especial para Aitor Zubieta. Los biorritmos del zaguero navarro buscaban su ser, su sitio. Tras semanas de competición, tras una final de mucha tensión y tras una noche de celebraciones, su cuerpo recuperaba la normalidad. En casa, entre amigos y familiares, Zubieta asimilaba que sus manos le habían llevado a lo más alto que puede llegar un pelotari. A un nivel donde, más arriba, sólo hay sitio para una txapela, para una corona de lana que justifica el sufrimiento y el sacrificio de muchos años.

¿Qué tal cuerpo tiene? ¿Ha sido dura la noche de celebraciones?

La verdad es que no, porque tampoco he hecho tanta juerga. Cenamos a gusto, pero luego los bares estaban llenos hasta los topes porque vino muchísima gente de toda Navarra y había mucho ambiente. Pero después de cenar estuve dando una vueltita con los amigos, con la gente, y para las cinco ya estaba en casa.

¿Ya ha asimilado que tiene una txapela de campeón?

Sí. Poco a poco me estoy dando cuenta ahora. Al hablar con la prensa durante todo el día ya he aterrizado. Ya me voy dando cuenta de que he ganado un campeonato.

¿Y dónde la tiene? ¿Qué va a hacer con ella?

Ayer la tuvo todo el mundo. Pasó de mano en mano durante toda la noche y se la probó y se sacó fotos con ella todo el pueblo. Luego la cogió mi madre y se la llevó para casa. Estos días ya decidiremos lo que hacemos con ella.

Así que al final tuvo que poner orden su madre ante tanto descontrol.

Sí. Pero había que dejar que la gente disfrutase del trofeo y por eso dejé que se sacasen fotos y que la tuvieran un poco.

El domingo jugaron una final dura, de tantos largos. ¿Era la final que esperaban?

Sí. Nosotros habíamos vaticinado que si todo iba dentro de lo normal el partido iba a ser muy duro. Nosotros llegábamos en un buen momento a la final y así fue. Nadie desentonó y los cuatro jugamos a un nivel alto. Los tantos se alargaban y al final el partido cogió un punto bastante duro.

Tuvo que tener paciencia en su duelo con Laskurain, pero se le vio muy regular durante todo el partido. ¿Está satisfecho por su papel en su primera final?

Sí, estoy satisfecho porque lo importante era ganar. Xala y yo teníamos una táctica bien pensada, hacer el partido duro desde el principio y entre los dos ayudarnos el uno al otro para ir castigando a los rivales. De la mitad del partido en adelante ya aflojaron un poco y Xala pudo coger más pelota para acabar los tantos.

¿Se esperaba un duelo tan serio con Laskurain al fondo de la cancha?

Sí. Yo me esperaba un partido muy duro. Laskurain tuvo pocos errores, venía jugando a buen nivel y yo esperaba que rindiese muy bien en la final.

El primer momento crítico de la final fue cuando comenzaron ellos por delante en el marcador. ¿Qué le pasó por la cabeza?

Nosotros estábamos seguros con nuestro juego. A pesar de que empezaron ganando 5-2, sabíamos que si hacíamos nuestro juego el partido cogería la dinámica que nos gusta a nosotros. Y así fue. La clave estuvo en meter el partido en la dinámica que nos interesaba para que los tantos cayesen de nuestro lado.

Otro momento difícil fue cuando se pusieron 11-13. ¿Qué se decían entre ustedes para mantener la calma?

En ese momento sabes que el rival también te puede hacer tantos. Intentamos no perder la cabeza, asumir que sus aciertos también suman, también tienen mérito. Nosotros sólo pensábamos en salir a sumar en el siguiente tanto.

Y usted dio el susto con el 14-21. Una lesión le hizo encerrarse varios minutos en el vestuario. ¿Pensó que no podría volver a la cancha?

La verdad es que la pierna me dolía muchísimo y al tratarme los masajistas me provocaban más dolor. Pero yo no pensaba en nada. Lo que tenía clarísimo es que iba a salir a la cancha y que iba a terminar el partido.

Por cierto, ¿cómo tiene ahora esa pierna?

Bien. No me ha dado problemas. La tengo morada, pero no es nada importante. Ya se me irá poniendo bien.

Si el domingo no estaba medio Etxarri en la grada, faltaba poco. ¿Satisfecho con la afición?

Sí, muy contento porque ha estado todo el Campeonato encima mío. Lo ha hecho durante todo el año, tanto cuando he estado mal como cuando he estado bien. Yo estoy muy ilusionado porque les he podido dar un día grande como el de ayer y eso para ellos también es una cosa muy importante. Estoy muy satisfecho por el ambiente de ayer en el frontón.

¿Dedica la txapela a alguien en especial?

La txapela es para toda la familia. Para mis padres, mi hermano y para toda la cuadrilla que me sigue todo el año. Y luego en especial a unas personas que ya no se encuentran con nosotros, mis dos abuelos y mi amigo Alur. Sé que les hubiese gustado verme ganar esta txapela.

Es usted un deportista que ha pasado por lesiones graves. ¿Se imaginaba en esos momentos poder celebrar una txapela?

Sabes que al final, con trabajo, las cosas llegan. No sé si me veía campeón. Eso no te lo planteas. Es algo que puede llegar pero que debes trabajar duro para conseguirlo. No me planteaba llegar a una final y ganarla, pero tampoco era algo que dijese que no podía ocurrir. Esto, al final, es el fruto del trabajo y tú, como mínimo, lo intentas.

¿Cómo lo ha digerido? ¿Le sacia esta txapela o se marca nuevos objetivos?

La verdad es que estoy muy contento. Creo que todavía no lo valoro del todo. Es una cosa que ha ido viniendo poco a poco. Durante el Campeonato veíamos que podía ser y al final ha sido. Ahora tengo ganas de seguir trabajando y seguir compitiendo.

¿Se ve algún día peleando por el Manomanista de Primera?

A mí sí que me gustaría, es una modalidad que me llama mucho. Algún día me gustaría estar ahí, yo por lo menos lo intentaré con todas mis fuerzas y si llega ese día, mejor.

Goñi III y Martínez de Irujo no han podido defender el título este año. ¿Le gustaría hacerlo la temporada que viene con Xala?

La verdad es que no tengo preferencias. Si me dejasen defender el título con Xala me sentiría muy satisfecho, me gustaría muchísimo. Pero si la empresa me coloca otro delantero tampoco me importaría. La cosa es salir y volver a hacer las cosas bien.

Es fácil decir que Xala es un buen compañero, ¿pero cómo es su relación dentro y fuera de la cancha?

Es muy buena. Somos amigos, algo normal entre dos chavales que son jóvenes todavía. Tenemos una relación muy cordial, de mucha confianza y mucho cachondeo. Somos dos muy buenos amigos.

El primer partido del Campeonato lo perdieron ante Bengoetxea y Beloki. ¿Dudaron de sus posibilidades?

No. Sabíamos que si seguíamos en nuestra línea, si cogíamos nuestro juego y Xala cogía un poco de confianza delante, íbamos a llegar lejos, al igual que hizo Xala el año pasado. Poco a poco, con confianza, las cosas han ido llegando solas y nos hemos plantado en la final.

Después encadenaron una racha de victorias impresionante.

Sí, luego creo que fueron nueve partidos seguidos ganando. Desde que jugamos en Mungia todo ha sido positivo. Hemos estado dos meses y pico sin perder y eso te da una confianza que te viene muy bien de cara al Campeonato. Nos ha dado mucha moral y confianza.

Nadie se imaginaba una final en la que no estuviesen Irujo, ni Aimar, ni Titín, ni siquiera Pablo y Begino. ¿Les ha favorecido ser una pareja un poco más tapada?

No, creo que no. Al final el Campeonato es muy largo y en la primera liguilla ya se ven muchas cosas. El Campeonato le pone a cada uno en su sitio. Cuando se presentó esta edición se decía que estaba muy nivelado entre las parejas y así se ha visto en la cancha. Cualquiera puede ganar a cualquiera. Los favoritos sólo son para la cátedra y para el dinero, que luego en la cancha del frontón puede pasar cualquier cosa. A mí no me ha extrañado que hayamos ganado la txapela.

¿Cuáles son ahora sus planes más inmediatos? ¿A qué va a dedicar el campeón sus próximos días?

Para empezar hoy (por ayer) he estado muy tranquilo, por casa con la familia y los amigos. Mañana empezaré a poner a punto las manos y el cuádriceps y ya empezar a pensar qué podemos hacer en el mano a mano. Voy a intentar prepararme otra vez para este otro Campeonato y desde mañana ya coger otra vez el ritmo normal.