La última edición del Red Eléctrica Punta Galea Big Wave Challenge fue todo un desafío de supervivencia. Olas de hasta cinco metros de altura morían, enajenadas e inopinadas, contra un acantilado plagado de espectadores. Pero antes de que se estamparan contra la roca y se diluyeran para siempre en el Cantábrico, 30 surfistas se atrevieron a domesticarlas. O, más bien, a intentar desbravarlas.
Porque el Punta Galea Challenge, el campeonato de olas grandes más longevo de Europa, presentó un escenario que fue creciendo conforme se sucedieron las mangas, hasta llegar primero a la final femenina y, seguida, la masculina. Así, en la lucha por las txapelas, el mar entró grande, con mucha fuerza. Los picos se movieron impredecibles y la tímida ola getxotarra se llevó por delante todo y a todos los que pudo.
Tres tablas partidas y muchas más angustiosas barridas supusieron la crónica de la edición. De hecho, aunque Justine Dupont y Clement Roseyro fueron los mejores surfistas, lo cierto es que la única ganadora fue La Galea.
Primera final femenina de la historia
Y es que la ola asfixió a las cinco surfistas que hicieron historia al protagonizar la primera manga femenina de la historia del campeonato. Nadia Erostarbe, Dominique Charrier, Mikaela Fregnose, Laura Coviella y Justine Dupont saltaron al agua con la única referencia que les dio ver las anteriores mangas de sus compañeros masculinos. Así que pagaron la novatada. De esta forma, las cinco comenzaron agazapadas, muy juntas respecto a la inmensidad del mar.
La canaria Coviella fue la primera en animarse y su osadía fue recompensada con una magnífica bajada y unos aplausos que, aunque aunque masivos, apenas se escucharon entre el eco de la rompiente. Sin embargo, en cuanto Dupont se sintió preparada, no tuvo rival. La francesa, campeona mundial y ganadora de los Big Wave Awards, exhibió sus galones en estas lides y fluyó con una pared de cinco metros hasta que esta perdió toda su fuerza.
Con todo, antes de todo eso, las cinco féminas pasaron por la lavadora de La Galea. Una serie descontrolada pilló por sorpresa a las cinco cabezas que tuvieron inclinarse ante la fuerza del mar en varias ocasiones, llevando la angustia del momento hasta el acantilado.
Los favoritos, asfixiados por la ola
Pero si alguien tragó agua, ese fue Natxo González. El favorito de la competición tuvo que reverenciar a la naturaleza getxotarra, que le envió varias rompientes consecutivas justo a su posición. El vizcaino intentaba salir a flote a tiempo para ser asistido por las motos acuáticas, sin embargo, el desorden que manifestó La Galea se lo impidió en tres ocasiones. Por lo que hasta cuatro veces tuvo que sumergirse para evitar la tragedia y, en la última, su famosa tabla de rayas pasó a mejor vida.
Porque en esta edición, ni el más experimentado se libró de los designios del agua. Y quizá por eso no ganaron ni González, ni Aritz Aranburu, los favoritos en el acantilado y los que más minutos han pasado con la ola getxotarra, sino un Clement Roseyro que entró en el cartel de participantes a última hora. El surfista de Biarritz dejó a los predilectos del público en segundo y tercer puesto, respectivamente, con una final de escándalo.
Y es que Roseyro tragó agua como todos, pero también fue capaz de domar La Galea con dos bajadas en las que exprimió su surf hasta el final, volando sobre los escalones que la perversa ola va dejando en su tobogán y rompiendo la cadera con giros imposibles a tanta velocidad.