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Bizkaia acude a su cita con el Punta Galea Challenge

Más de mil personas se presentan en el acantilado getxotarra para disfrutar de una jornada festiva que se llevaron Justine Dupont y Clement Roseyro

Bizkaia acude a su cita con el Punta Galea ChallengeJose María Martínez

Hacía tres años que el Punta Galea Challenge dio su última luz verde, así que las muchas ganas que había de surf grande se dejaron notar en la jornada de sábado. Los partes meteorológicos apuntaban a que era el viernes el día idóneo para celebrar la competición, y finalmente lo visto en ambas fechas les dio la razón; así que la decisión de la organización de disputar el torneo el sábado bajó el nivel de las olas, pero mejoró -y mucho- la imagen del acantilado. Porque en día festivo más de mil personas acudieron a la llamada del Punta Galea Challenge desde primera hora de la mañana.

Así, el caos del mar se trasladó a los accesos al Fuerte, donde la policía local tuvo que improvisar aparcamientos en cualquier campa que lo permitiera. Porque un día es un día. Los más madrugadores fueron los grupos de jóvenes que, siendo surfistas aficionados, querían ver en una posición inmejorable cómo se manejaban los profesionales en olas terroríficas. Pero al mediodía las gradas naturales de La Galea lucían un aspecto increíble, con familias enteras, cuadrillas enormes y mucho espectador ajeno al surf, pero que con el campeonato vizcaino siempre hace una excepción.

El ánimo, como las olas: de menos a más

La mayoría de los presentes echó en falta más información acerca de los participantes y el devenir de las mangas, puesto que el sonido de la megafonía se perdía con el rugir del mar; pero todos disfrutaron de los puestos de comida y bebida que en esta edición -que cuenta con nueva organización- se instalaron en los alrededores de la ola.

También es cierto que la jornada de surf comenzó de forma desilusionante, ya que las condiciones del mar no eran dignas de un campeonato como el Punta Galea Challenge. Sin embargo, con el paso de las horas, la tímida ola getxotarra fue asomándose poco a poco hasta dejar su sello en las finales. Esto provocó que el ánimo de los presentes también mejorara con el devenir del torneo, hasta rendirse finalmente a los campeones.