A Lucas Eguibar le sigue pesando mucho la rotura del tendón de Aquiles que sufrió en marzo del año pasado y que le ha tenido en el dique seco más tiempo del deseado.

Por eso, a pesar de haberse despedido del Mundial de snowboardcross celebrado en St. Moritz en los cuartos de final, el deportista de Basque Team hace una valoración positiva: “Ha sido un año complicado, me ha costado muchísimo coger el ritmo y no me he sentido bien hasta la semana pasada. En ese sentido y siendo realistas, creo que hemos dado un paso hacia delante porque hemos vuelto a mostrarnos competitivos”.

De esta forma, el donostiarra no fue capaz de entrar entre los cuatro mejores de la competición como ya ocurriera en los Mundiales de Sierra Nevada (2017), Solitude (2019) e Idre Fäjll (2021). De hecho, se marchó para casa tras quedar el tercero de cuatro –solo se clasifican los dos primeros– en unos cuartos de final en los que estuvo en a la postre campeón, el canadiense Eliot Grondin.

“Esta competición es así, te despistas un poco y… bueno es que creo que ni siquiera me he despistado. Yo iba siguiendo a Eliot, no me quería ir de su rebufo y Nick (Baumgartner), que en este circuito es muy fuerte, ha cogido el mío y me ha adelantado a mitad de pista”, relató Eguibar desde la estación suiza.

Objetivo Juegos Olímpicos

Así, el guipuzcoano tiene como objetivo seguir con la puesta a punto tras la lesión para llegar en plena forma a los Juegos Olímpicos de Invierno que tendrán lugar en febrero de 2026 Milan y Cortina d’Ampezzo, una cita para la que “todavía queda mucho” pero está en el horizonte de Eguibar.

“Todavía a día de hoy sigo arrastrando dolores porque es una lesión importante. He tenido poquito tiempo de preparación. De hecho mi preparación han sido las Copas del mundo porque apenas he tenido una semana buena de pretemporada. Así que me voy a quedar con todo el proceso en el que hemos aprendido muchas cosas y nos queremos quedar con eso para llegar fuerte a los Juegos”, concluyó.