Polonia 26

España 23

POLONIA: Wdowiak (P), Placzek (P), Zima (P), Kobylinska (5), Balsam (5), Olek (1), Rosiak (6), Michalak (3), Uscinowicz, Matuszczyk, Kochaniak-Sala (3), Tomczyk, Drazyk (2), Urbanska (1), Nosek, Zych y Nocun.

ESPAÑA: Wiggins (P, 1), Morales (P), Campos (1), Arroyo (2), Arcos (1), O’Mullony (1), Somaza (3), So Delgado (1), Vegué (6), Gutiérrez, Bernabé, Pérez Buforn (1), Erauskin (6), Agulló, Gassama, Tchaptchet y Álvarez.

Parciales: 1-3, 4-4, 6-5, 10-7, 12-9, 14-12 (al descanso); 15-13, 18-14, 20-14, 20-17 23-18 y 26-23.

Árbitros: Igor y Alexei Covalciuc (MOL). Excluyeron dos minutos a Kobylinska (2), Michalak (2), Olek, Kochaniak-Sala, Urbanska y Rosiak por parte de Polonia y a Arroyo por parte de España. Además, expulsó por roja directa a Uscinowicz.

Estadio: St.Jakobshalle de Basilea.

A España le valía con un empate para seguir viva en el Campeonato de Europa de Austria, Hungría y Suiza, pero ni eso consiguió ante Polonia. Por lo que la selección estatal femenina de balonmano quedó eliminada a las primeras de cambio. Y eso que un punto les valía para acabar como segundas de su grupo de la fase preliminar y pasar, así, a la ronda principal; pero unas jóvenes y renovadas guerreras pagaron la novatada, sufrieron por sus propios errores y comprendieron que a este nivel no hay selección que perdone. Y a Polonia se le concedieron demasiados regalos como para no desenvolverlos. De esta forma, las dirigidas por Ambros Martín siempre fueron a remolque y terminaron por pagar muy caro, carísimo, su baja efectividad de cara a portería contraria.

Solo hubo un parcial que ganó España: el primero (1-3). Pero la falta de ritmo en ataque empezó a pasar factura, así que pocos minutos después, el tanto de Natalia Nosek ponía por primera vez en ventaja a unas polacas que ya no bajarían el ritmo. A falta de diez minutos para el descanso, las de Arne Senstad pasaban con tanta facilidad por encima de la defensa española, que lograron una jugosa renta de cuatro goles. Sin embargo, las estatales consiguieron reducir la distancia a dos (14-12) justo cuando el luminoso llegaba al descanso.

A la vuelta de los vestuarios, las guerreras se pusieron a uno aprovechando la superioridad numérica, pero fue un mero espejismo. Polonia no se desesperó y tiró de acierto (llegó al 74%) ante un rival que fallaba hasta a puerta vacía. Así que sucedió lo inevitable y las de Senstad pusieron seis insalvables goles de diferencia. España lo intentó hasta el final, pero el balonmano, esta vez, fue justo.