Jannik Sinner impuso su condición de número 1 del mundo en la final del US Open y conquistó su segundo Grand Slam del año y el segundo de su carrera. De esta manera, el italiano y Carlos Alcaraz se reparten los grandes torneos de este año, algo que solo había ocurrido antes en 2017 con Federer y Nadal y en 2019 con Djokovic y Nadal. Sinner se subió definitivamente a ese escalón con una victoria más sencilla de lo esperado ante Taylor Fritz (8-3, 6-4 y 7-5 en apenas dos horas y quince minutos) en una final en la que la experiencia de haber estado antes en esa situación marcó claramente la diferencia.

El partido empezó con los dos jugadores algo tensos e intercambiando roturas de saque, pero en cuanto Sinner elevó la intensidad de sus golpes se hizo con el control absoluto ante un rival que no encontró otro guion que tratar de devolver cada golpe desde el fondo. Fritz no estuvo bien con el saque en el primer set y eso era demasiada concesión para el surtirolés, un metrónomo en sus golpes de lado a lado. El estadounidense tenía que mejorar y lo hizo, pero ahora se encontró con la versión más sólida de Sinner, que apenas cometió un par de errores no forzados en el segundo set, devolvía todo y cada vez que metía el primer servicio se llevaba el punto.

De nuevo, el italiano apretó al final del set para poner la final casi imposible para el tenista de Rancho Santa Fe, que sin embargo aprovechó una bajada de tensión de Sinner para levantar un 15-40 adverso en el quinto juego, quebrar el servicio y colocarse con un 2-4 que le daba esperanzas de alargar, al menos, la final. Pero Sinner sabe gestionar esos momentos y apretar cuando toca, que muchas veces es en los finales de cada set. Fritz sacaba para anotarse el set, pero le rompió el servicio y le propinó un golpe moral justo cuando el público se había venido arriba. Con la sexta rotura del partido, Jannik Sinner se anotó su segundo Grand Slam y se convirtió en el mejor tenista italiano de la historia.

El tercero de Sabalenka

Por su parte, Aryna Sabalenka demostró en la noche del sábado que ahora mismo es la jugadora más regular del mundo, aunque en el ranking, de momento, siga ubicada en el segundo puesto por detrás de Iga Swiatek. Pero con su victoria en el US Open ante Jessica Pegula (7-5 y 7-5) la bielorrusa de 26 años suma el tercer Grand Slams a su palmarés después de que en los últimos tres años haya estado al menos en cuartos de final en los doce grandes disputados, que han sido once para ella ya que se perdió el último Wimbledon por lesión. Su tenis agresivo y cargado de potencia le da réditos, aunque convierta las finales, como la última, en una sucesión de alternativas en el marcador. Con esta victoria, por primera vez desde 2014 ningún Grand Slam tiene ganadora inédita y los cuatro acaban en manos de jugadores europeas.