“Ahora mismo estamos salvadas”. Era el comentario que se podía escuchar en el ambiente durante el tiempo de descanso del encuentro entre el Zubileta Evolution Zuazo y el Grafometal La Rioja. Con 12-10 en el luminoso de Lasesarre en la sexta jornada del play down y el empate que reflejaba el marcador del Beti Onak-Granollers, también en el descanso (14-14), las zuazotarras estaban logrando la permanencia de manera provisional en la División de Honor. Se estaba obrando una gesta. Quedaba por delante toda una segunda mitad nada aconsejable para el nerviosismo. “Es complicado”, admitían los espectadores pese a un presente que sonreía. Al Zuazo solo le valía la victoria ante un rival ya descendido y aguardar a que el Beti Onak firmara al menos un empate contra un equipo que tenía asegurada la salvación.

El equipo de Joseba Rodríguez dio muestra de ser muy consciente de la trascendencia del partido y apeló a una gran versión en el comienzo del encuentro, llevando la iniciativa en el marcador aunque con diferencias reducidas. Si bien, superado el cuarto de hora de juego, el conjunto riojano reaccionó para asustar a la parroquia local, colocándose por delante de manera puntual. Pero antes de visitar el ecuador del partido, el Zuazo recuperó las riendas. En paralelo, el Beti Onak llevaba a cabo otro igualado ejercicio frente al Granollers. El escenario era apto para soñadores.

El plantel vizcaino reemprendió el partido con una tónica similar a lo acontecido hasta el momento. Fabricó ventajas de entre uno y dos goles para sostener cierto orden. El acierto de cara a la portería rival era una cuenta pendiente para despegarse en el marcador, porque el duelo se jugaba en el alambre. 

En el minuto 47 la tensión pasó al siguiente nivel con el 17-17 en Lasesarre. En Logroño, el Granollers tomaba la iniciativa en el marcador poniéndose por delante para seguido ser empatado, y así sucesivamente. Pero entonces todo cambió. El Zuazo perdió las ventajas que se habían manifestado a lo largo de casi todo el partido. Mientras, el Beti Onak también conseguía dar la vuelta al resultado. 

Puesto que este partido del que dependían las zuazotarras finalizó un poco antes con un resultado que certificaba el descenso del bloque vizcaino de la máxima categoría (27-26 favorable al Beti Onak), las del Zuazo perdieron la inspiración hasta rubricar un 21-21 insuficiente. 

Las jugadoras de Joseba Rodríguez finalizaron la temporada con la pena de haber naufragado en la orilla, de haber prolongado las opciones de la permanencia hasta los últimos minutos de la campaña, pero también con la satisfacción de haber apelado al orgullo hasta el último momento, de no haberse dejado llevar. “Volveremos”, era la promesa que al unísono entonaba el entorno de un Zuazo que durante años ha venido siendo el mayor representante del balonmano vizcaino, pero que ahora deberá seguir trabajando para recuperar el lugar que tantas ilusiones ha dejado en Bizkaia. El descenso se consuma. Toca recuperarse.