Jon Rahm arranca al lado de su casa una de las fases del calendario más atractivas y exigentes para cerrar el invierno con cuatro torneos en cinco semanas. Para empezar, el golfista de Barrika, líder de la FedEx Cup, tiene la oportunidad de volver al número 1 del mundo en el Waste Management Phoenix Open, el torneo que se juega en el TPC Scottsdale a unos pocos minutos de su residencia en Arizona, donde separados por unas horas van a coincidir este fin de semana la Super Bowl y este evento superlativo, que es el primero de los nuevos torneos de rango elevado dispuestos por el PGA Tour que contará con la participación completa de 156 jugadores y una bolsa de premios aumentada de 8,5 a 20 millones de dólares.

“Creo que este ya era un ‘torneo elevado’ antes de que supiéramos que lo iba a ser. No importa cuál sea la bolsa, este torneo va a ser lo que es. Muy pocos eventos deportivos en el mundo pueden concurrir cómodamente en la misma semana que la Super Bowl y aun así tener el impacto que tienen como este”, explica Rahm sobre una cita que se sale de los márgenes de lo que es el golf como deporte. El Phoenix Open mueve ingentes cantidades de dinero y de público, por encima de cualquier otro torneo, y es famoso sobre todo por su hoyo 16, un par 3 cuyo green reúne en sus gradas a 20.000 personas ruidosas y excesivas, hasta el punto de que el año pasado el asunto se le fue de las manos por el lanzamiento de botellas y latas cuando los jugadores ejecutaban buenos golpes. Por eso, Jon Rahm, formado en Arizona State, reconoce que “este es un torneo que lo amas o lo odias. A mí me encanta y siempre quiero estar aquí. Pero otros lo tienen al final de su lista”.

El barrikoztarra solo encuentra ventajas a un torneo que le permite dormir en su casa y mantener un ambiente familiar. “Llegar y ver a los niños me quita las penas de una mala vuelta. Te ayuda a relativizar y llenarte de una humildad muy necesaria”, reflexiona. Debutó en el torneo en 2015 aún como universitario y acabó quinto. Ese es su mejor resultado y nunca ha estado realmente cerca de ganar, aunque en sus siete participaciones siempre ha acabado entre los 16 primeros, tres de ellas en el Top 10. Para este año, vuelve a partir entre los principales favoritos, avalado por su trayectoria reciente y sus dos victorias en el mes de enero. El Phoenix Open ha juntado a los tres primeros de la FedEx Cup para los dos primeros días, así que Rahm jugará con Max Homa, que le persigue a solo 17 puntos de distancia y es un compañero amable, y con Keegan Bradley, que al contrario es muy lento y ensimismado.

Duelo con Mcilroy

En el TPC Scottsdale estarán 18 de los 20 mejores del mundo, algo que no ocurre en el circuito estadounidense desde 2007. Entre ellos se incluye el primero, Rory McIlroy. El norirlandés se estrena este año en el PGA Tour y llega tras ganar el Desert Classic del DP World Tour, que es su tercer triunfo en diez salidas a un campo. Jon Rahm lleva cuatro de diez por lo que en Phoenix sueñan con que ambos estén disputando el título el domingo, además del número 1 mundial para lo que el de Barrika necesita ganar o ser segundo para no depender de su rival.

“Me he quitado un peso de encima”, admite el vizcaino tras sus victorias en el Sentry Tournament y el American Express. “Me siento cómodo con mi swing y en este campo cómo pegues a la bola es fundamental porque el campo no es tan fácil como parece. Espero que un mal torneo sea acabar séptimo”, añade sobre su última presencia en el Farmers Insurance. Esta semana quiere saldar su cuenta pendiente con el Phoenix Open, una cita que como el Open de España considera como la de su casa.