gasteiz - En 2018, después de varios años sin equipos en la élite tras la desaparición de Euskaltel-Euskadi, habrá dos. Euskadi Basque Country-Murias Taldea y la Fundación Euskadi. ¿Cree que hay país para dos equipos?
-Como Gobierno no sé hasta qué punto podemos decidir si hay espacio para dos, para tres o para cuatro. Lo que sí es verdad es que quizá tiene más sentido hacer uno fuerte. Pero el Gobierno tampoco tiene por qué decidir. ¿Hay sitio para dos? No lo sé. La realidad dirá si hay o no.
De momento, a ustedes les ha tocado hacer de intermediarios...
-Recibimos la información de que Mikel Landa se quedaba con la Fundación Euskadi, una decisión que a mí personalmente me pareció bien. Luego se pusieron en contacto con nosotros para informarnos de su situación. Nosotros lo que vimos es que habiendo dos proyectos debíamos hacer un trabajo de puente. Así se lo hicimos saber y nos reunimos con ellos y Euskadi Basque Country-Murias. No se conocían entre ellos y fue una especie de toma de contacto.
¿Cómo fue la reunión?
-Muy cordial. Ambos proyectos no se conocían e hicimos de intermediarios. A partir de ahí que entre ellos tuvieran una relación más fluida. Salimos con una buena impresión.
Usted conoce de primera mano ambos proyectos. ¿Cree que existen diferencias entre ellos?
-Yo creo que no. La percepción que tenemos es que los dos tienen la misma idea. Por lo tanto es por ello que entendíamos la necesidad de hacer un trabajo de puente. Esa es nuestra labor. Es lo que nos exige la sociedad también.
¿Cree que podrán llegar a un acuerdo?
-Lo que se nos pedía era hacer esa labor. Luego todos somos mayores y entiendo que entre ellos tienen la suficiente capacidad para llegar a un acuerdo. Siempre soy optimista y entiendo que hay posibilidades. Las fechas son las que son, pero de cara al futuro sí hay opciones de llegar a una entente.
¿Ustedes les pidieron algo?
-Que hicieran un esfuerzo de intentar trabajar en común.
Sin dinero público de por medio ustedes tampoco pueden exigir nada...
-Venimos de una situación de crisis que poco a poco se va superando, pero en la que los patrocinios privados desaparecieron por completo. Tuvimos que tomar una decisión y era que no aportábamos ninguna cantidad económica a los proyectos profesionales. De cara al futuro no sabemos qué pasará, por eso tampoco sé hasta qué punto tenemos capacidad de influir cuando económicamente no se aporta.
¿Añora un Euskaltel Euskadi?
-Eso cualquiera lo añora. Si echamos la vista atrás, evidentemente modificando ciertas cosas y aprendiendo de ciertos errores que se hicieron en el pasado, todo el mundo añora una selección de Euskadi que pueda competir todo el año por todo el mundo. A ver si somos capaces de volver a conseguirlo.
¿Qué importancia le da a que un equipo vasco regrese al Tour?
-Sí es verdad que para subir al Everest primero tienes que subir al campo base, hay que ir poco a poco. Recuerdo que nosotros llegamos aquí en 2013 y a los pocos meses salir con un mensaje de SOS de Euskaltel Euskadi, que desaparecía. Durante tres cuatro años se ha hecho un trabajo con los mimbres que había y después de esas penurias el primer paso es competir con un equipo vasco en una grande. A partir de ahí, el siguiente paso es competir en el Tour. Hay una cierta simbiosis entre el Tour y la afición vasca. Y si se hacen las cosas bien y se tiene paciencia, no muy lejos ocurrirá.
Qué será antes, ¿un equipo vasco en el Tour o el Tour en Hegoalde?
-Firmaría ambas cosas. Hay posibilidades de lo primero y de lo segundo. Y si pudiéramos hacer coincidir las dos sería mejor. El Tour el próximo año viene a Euskal Herria, a Sempere, y se trabaja con que venga a Hegoalde. Pero es un trabajo de cocina.