Bilbao - Txomin Arana sumó otro título más a su palmarés de este año. El piloto de Ereño conquistó el Campeonato de España de rally todo terreno, que se ha disputado durante el fin de semana en la localidad valenciana de Requena y lo hizo de una manera casi abusiva. Ya en el prólogo del día, el vizcaino consiguió su primer triunfo parcial y a partir de ahí nadie pudo hacerle sombra. Siempre a más. Sus rivales tuvieron que sucumbir ante su ritmo y solo una última especial extraña, en la que los marcajes crearon bastante confusión, evitó que Arana hiciera el pleno de mejores tiempos en cada uno de los parciales. Aun así, este pequeño tropiezo no puso en peligro su victoria en la general.

El campeonato estaba previsto que se celebrase en tres pruebas repartidas durante todo el año, pero diferentes circunstancias hicieron que solo se pudiera competir en la última de ellas por lo que todo se decidió en Requena. Una carta para llevarse la victoria, sin el más mínimo margen de error. Arana no tenía pensado competir en esta prueba, aun así, su situación en el calendario y su condición física le convencieron para inscribirse a última hora.

No han sido unos meses fáciles para Arana. Una vez recuperado de la lesión de espalda que le tuvo en el dique seco más de un año, en las últimas citas no pudo competir al cien por cien debido a unos problemas en su tobillo. Además, a la hora de tomar parte en el rally de Marruecos tuvo que convivir con una proceso vírico que le complicó su participación. Sin embargo, en Requena el vizcaino estuvo fino. Superó con holgura la prueba y supo entenderse a la perfección en un trazado diseñado para pilotos de mucha habilidad y gran pericia para la navegación.

Tras ganar en la prólogo y en las dos primeras especiales, a Arana le tocó ayer ser el encargado de abrir la pista. El de Ereño tuvo miedo de que Monleón, segundo clasificado y varias veces campeón de España, tirara de veteranía y le superara. Ocurrió todo lo contrario. El vizcaino no solo consiguió defender su posición, también la aumentó y en los últimos kilómetros se dedicó a controlar la carrera. - J. Victoria de Lecea