ZUAZO: Luján (5), Elicegui (3), Velasco (2), Hernández, Manrique, Gil, Temprano, Elorza, Valdivia (5), Aalla, P. Burforn (2), Berastain, De Andrés y González de Garibay.

MÁLAGA: Martín (1), Calzado (4), Andreu, Boada (1), Fernández, Jabby, López (3), Gandulfo (1), Velkovic, Pessoa (4), Arsenijevic (10), Cosano (1), Marín y García (3).

Parciales: 3-1, 4-4, 6-6, 8-7, 9-10, 11-13 (al descanso); 13-15, 13-19, 14-21, 16-22, 16-26 y 17-28.

Árbitros: Josep Millán y Jordi Quintanar. Excluyeron a Elorza del Zuazo y a Velkovic del Málaga.

Incidencias: Unos 300 espectadores en Lasesarre.

Bilbao - Todas las alarmas se han encendido en el Zuazo. El conjunto rojinegro cayó ayer de forma abultada ante el Rincón Fertilidad Málaga, que se convirtió, de esta forma, en el primer equipo que esta temporada consigue salir victorioso de Lasesarre. Así, tras la derrota que también cosechó en el feudo del Gran Canaria la pasada jornada, el equipo barakaldarra acumula dos encuentros consecutivos sin puntuar, lo que le aleja de los puestos europeos: su objetivo.

Ayer, el Zuazo llegaba herido tras su tropiezo en la isla, el Málaga se aprovechó y le dio la estocada final. El conjunto andaluz fue, simplemente, mejor. No solo le salió todo en ataque, sino que en defensa levantó un muro comandado por su guardameta; así que los once goles de diferencia final fueron consecuencia de lo vivido.

Tras una primera mitad equilibrada, con mucho ritmo y gran juego de extremos, el Málaga consiguió irse al descanso dos tantos arriba, aunque la impresión de estos treinta minutos no fue de dominio visitante, sino alterno.

Pero todo cambió a la salida de los vestuarios. En cuanto el Zuazo puso el balón en juego en la segunda parte, el Málaga se vino arriba. Y las rojinegras, abajo. La pausa dejó de existir y el torbellino andaluz puso patas arriba el parqué. No es que el equipo vizcaino no lo intentará, sino que cada vez que lo hacía se daba de bruces con la defensa malagueña. Ataque posicional, juego de extremos, conexión con la pivote... daba igual. Siempre había una oponente que blocaba, se adelantaba o forzaba una falta. Y, si alguna valiente zuazotarra conseguía levar ancla y sobrepasar el enmarañado mar visitante, se encontraba de bruces con la guardameta Fernández. La portera del Málaga paró todo lo parable, desesperó a las locales y fue la responsable de la victoria.

El Málaga se escapó aunque el Zuazo lo intentó hasta sin portera. Esto provocó que se abrieran más huecos en la defensa. Las visitantes no perdonaron e hicieron sangre. Once tantos que encienden las alarmas.