MÁS de 10.000 gargantas corearán dentro del Bilbao Exhibition Centre. Mientras la adrenalina correrá por las venas de Ieltxu Lahuerta (Barakaldo, 1987). Ríos de lava. Volcanes en erupción. Espeso el horizonte, degustará un olor salado y el sabor metálico de entre los dientes. Enfrente, un ring que explotará. Enfrente, David Trallero. Será el paso del vizcaino a un nuevo estatus, a una nueva vuelta de tuerca. Un toque a la puerta del profesionalismo dentro del ensogado. Toc toc. Lo hará Lahuerta, al que le dicen El Martillo, como uno de los pocos pesos pesados del panorama estatal. En plena conversación, Ieltxu se mira la mano y empieza a dar nombres. No llega a completar los cinco dedos. Es el instante para dar un paso al frente, como él mismo reconoce. Toca apostar. Gira la ruleta. De la mano de MGZ Promotions, empresa que coordina también las carreras de Andoni Gago, Kerman Lejarraga o Andoni Larrinaga, el de Barakaldo espera alimentar el hambre de ambición. Le ruge el estómago. Busca un yunque. Busca escalones hacia el Olimpo. “Es un camino largo”, dice y agrega que se centra en el “paso a paso”.
El ascenso al boxeo de pago viene dado por lo que se observa en su retrovisor. Lahuerta ganó todo lo que estaba en sus manos. Se construyó un pasado en amateur en el que levantó el Campeonato de España, el de Euskadi y el de Bizkaia. “Quería subir un poco más y debutar. Es un terreno difícil, porque no hay mucha gente y tendré que salir a pelear fuera”, declara el vizcaino. Le ofrecieron la opción de estrenarse el 11 de noviembre en el Master Series. “No me lo pensé”, dice con aplomo mientras, después de haberse dado una buena paliza en la cinta de correr por la mañana, hace tiempo para ensayar en la lona del Mampo Gym de Zorrotzaurre, cuna de estrellas. “Es difícil estrenarse en una velada mejor. Es complicado controlar los nervios. No es fácil pelear delante de 10.000 personas. Intentaré salir tranquilo, boxear y poner en práctica lo que entrenamos a diario aquí”, sostiene. Señala al suelo.
Se mide a David Trallero. Un guerrero de mil máscaras: K-1, MMA, boxeo? “Es bastante duro. Tiene amplia experiencia en deportes de contacto. Ha peleado en K-1, ha disputado torneos importantes de MMA y es bastante complicado. Tiene bombas en las manos. En mi peso hay que tener cuidado con todos”, agrega.
“De momento vamos paso a paso. Me centro en Trallero. Lo que tenga que venir, vendrá. Hay pocos rivales en España y tendré que ir fuera”, analiza Lahuerta, quien conoce de la problemática en su división: falta de adversarios. “Solo conozco a Gabriel Enguema, que es muy bueno. Hay pocos más. Víctor del Toro, David Trallero y poco más”, contabiliza.
De cara al viraje del mundo amateur al profesional, Ieltxu considera que se encontrará cómodo. “De momento, el cambio es un asalto más. Estoy trabajando el físico y el golpeo. El guante es más pequeño. Tengo ganas de que llegue el día para salir al cuadrilátero”, manifiesta el de Barakaldo, quien afinará para la cita. Y es que, a pesar de que le peso pesado es a partir de 91 kilos, la batalla está pactada a menos de cien. Lahuerta, con 1,90 metros de andamiaje musculoso, suele rondar los 110 o 112. “He tenido que bajar doce quilitos. Me siento mejor con menos peso, porque me veo más potente. Cuanto más velocidad tienes, es mejor a la hora de estar en el ring. Al final, la alimentación es muy importante. Es lo que te hace sentirte bien”, recita. A pesar de que le “gusta” comer, cuando se centra en algo llega “hasta el final”. “Soy constante”, relata. Por ello, su día a día está “centrado” en la pelea. “Hago dos sesiones al día durante la semana e intento completar un entrenamiento funcional con pesas adaptado al boxeo. Es algo que me gusta”, apostilla el vizcaino, quien se considera un “boxeador rápido con buen movimiento de piernas” para su peso.
El crecimiento de Ieltxu La llegada del neófito Ieltxu Lahuerta, enfrascado fuera del ring con el proyecto de montar un gimnasio, crea sinapsis inevitables y un viaje al pasado de los pesados vascos. Aparecen fotografías de Paulino Uzkudun, Isidoro Gaztañaga o Urtain. “Eran muy buenos boxeadores en su época. Ahora toca ver mi carrera. No me planteo nada para el futuro. Si más adelante me ofrecen luchar por un título, lo haré. Este es el inicio de un camino muy largo. Hay que escalar poco a poco”, advierte. Y es que, la senda se asfalta de un inicio tardío: “Mi primera pelea fue hace alrededor de cinco años. La segunda fue por el título de Bizkaia. Lo gané. Mi pena fue coger el boxeo tarde. Lo practiqué como hobby, pero con 24 o 25 años me metí más a fondo. No tengo muchas peleas -17-, pero la falta de rivales es un problema”.
Le enganchó la gran familia del gimnasio de Zorrotzaurre. “Vine al Mampo a entrenar y somos una piña. Estamos Kerman Lejarraga, Ibon Larrinaga, Andoni Gago, Eneko Amigo, que es como mi hermano, yo? Somos amigos. Eso engancha. Estamos a gusto. Ese ambiente cuenta mucho para mí”, declara Lahuerta, que a veces se ha medido al Revólver de Morga, que se jugará el Estatal en la misma velada. Una bestia de apetito lobuno. “Incluso en mi peso, pocos pegan como Kerman. Golpea muy duro. Tiene una pegada increíble. Lo va a lograr todo. Lo bueno que le pase será poco. Puede tener el mundo a los pies”, remacha. El Martillo abrirá la forja en el BEC para domar y templar 10.000 gargantas a fuego.