bilbao - Marc Márquez aplicó en el Gran Premio de Australia, antepenúltima prueba del calendario, su particular artículo 155, el de tomar el control del Campeonato del Mundo de MotoGP. El piloto de Cervera impuso su ley en Phillip Island y acaricia su sexto título mundial después de ganar y ampliar su ventaja desde los 11 puntos hasta los 33 a falta de las citas de Malasia y Valencia.

De hecho, en Sepang, el próximo domingo, Márquez podría proclamarse campeón si vence o termina segundo, independientemente de lo que haga Andrea Dovizioso, único piloto con opciones matemáticas de pugnar con el catalán por la corona, y que ayer terminó en la 13ª posición.

La de Australia fue una de las carreras más bellas de los últimos tiempos. Fruto de las refriegas, varios de los pilotos acabaron con huellas de una batalla fantástica llevada hasta los límites. “El nivel de agresividad ha subido, y si este es el juego, habrá que jugar”, expresaría tras el certamen el mismísimo Valentino Rossi, quien catalogaría la cita aussie como “la mejor carrera de la temporada”.

Marc Márquez, por ejemplo, terminó la prueba con su mono marcado por un neumático ajeno y el colín de su moto fracturado. “Tengo algo de goma aquí”, decía al acabar, delante de los micrófonos y señalándose el hombro de su vestidura, sonriente a más no poder. Su triunfo fue impresionante. Una obra maestra.

Una señal de la confianza que atesora Márquez sobre sí mismo es que dentro de su garaje jamás se habló acerca de qué indicar en la pizarra en caso de que Dovizioso tuviera algún contratiempo en carrera. Apartado de la especulación o el conservadurismo, el poleman catalán corrió para ganar. “Sabía que era un día importante porque Dovi ha sufrido todo el fin de semana”, confesó. “Este era un circuito para intentar quedar por delante de Dovi porque en Malasia irá muy rápido”. Tenía la fecha marcada en el calendario. Y no preveía modificar su plan ante cualquier situación. Y venció, muy a pesar de que su mayor rival en el debate por el campeonato corrió distanciado del grupo de cabeza, de hasta ocho pilotos, fruto de un error en la primera curva. Dovizioso partía desde la 11ª pintura y descendió hasta la 20ª plaza en la primera vuelta. Llegaría a ser 11º de nuevo, pero encontró el cepo de Pedrosa, que dilapidó una remontada mayor. Ya en la recta final de meta perdería dos posiciones para acabar 13º.

En nada afectó el error de Dovi en el proceder de Márquez, que a punto estuvo de ser tumbado por Zarco en la tercera vuelta, cuando el francés impactó contra la Honda del catalán rompiendo la parte trasera de la máquina japonesa. Márquez ni se inmutó. No se amainó. Se mantuvo paciente inmerso en plena batalla. Tensa calma. La necesidad de las Yamaha por verse tres carreras fuera del podio, la mejora de la Suzuki y las ganas por cerrar con orgullo la temporada mezclaron en las postrimerías a Márquez, Rossi, Viñales, Zarco, Iannone, Crutchlow y Miller, quien salió fugaz abriendo la carrera espoleado por su localismo. En este grupo de necesitados, Márquez tenía mucho que perder, y sin referencias, a ciegas sobre la situación de Dovi, sostuvo un pulso crucial para el devenir del campeonato. Valiente el catalán.

Cuando restaban 8 vueltas de las 27 pactadas y la alternancia de posiciones era la tónica en la zona de cabeza, afloró el esplendor de Márquez. Sonó la corneta. “Lo he dado todo” a partir de ese momento, explicaría. En ese mismo giro, hizo un adelantamiento por el interior con caricia incluida a Rossi, que hizo de piano. Esa acción dejaría una firma de la goma delantera de Marc el hombro izquierdo del italiano.

A 7 para la conclusión, Márquez se aplomó en el liderato. Dubitativo acerca del comportamiento de los neumáticos hasta entonces (escogió el calzo trasero blando a diferencia de Rossi o Dovi, estos con medios y resultados dispares), se lanzó a por la gloria, beneficiado además de las pujas por el podio. La pelea entre Rossi, Viñales, Iannone y Zarco, a la postre proclamado rookie del año, permitió al de Cervera aislarse. Su ritmo, sprint final, le concedió el resto del margen. Sexta victoria del curso y 61ª de su trayectoria. Luego llegaron Rossi y Viñales para subir al cajón en ese orden; 21 segundos más tarde aparecía Dovi, superado por sus ansias de remontada. Su maniobra en los primeros metros de una prueba crucial para sus esperanzas de campeón fue lapidaria.

“Tenemos un colchón y ahora sí, tocará administrar”, adelantó Márquez como propuesta para las citas de Malasia y Valencia. Pero... ¿será capaz de reprimir su ambición, de contener la posibilidad de engordar sus números? Lo que está claro es que palpa el título de MotoGP. Sería el cuarto cetro del catalán en la categoría reina en las cinco temporadas que lleva afincado en la máxima cilindrada, su fructífero coto de caza.

Joan Mir, campeón del mundo En Moto3, el mallorquín Joan Mir se proclamó ayer campeón del mundo con victoria incluida, la novena de la temporada en su segundo año en el Mundial.

1. Marc Márquez (Honda) 40:49,772

2. Valentino Rossi (Yamaha) a 1,799

3. Maverick Viñales (Yamaha) a 1,826

1. Marc Márquez (ESP) 269 puntos

2. Andrea Dovizioso (ITA) 236

3. Maverick Viñales (ESP) 219

1. Miguel Oliveira (KTM) 39:25,920

2. Brad Binder (KTM) a 2,974

3. Franco Morbidelli (Kalex)a 3,846

1. Franco Morbidelli (ITA) 272 puntos

2. Thomas Luthi (SUI) 243

3. Miguel Oliveira (POR) 191

1. Joan Mir (Honda) 24:51,490

2. Livio Loi (Honda) a 0,351

3. Jorge Martín (Honda) a 0,359

1. Joan Mir (ESP) 296 puntos

2. Romano Fenati (ESP) 226

3. Arón Canet (ESP) 184