Bilbao - Que Garbiñe Muguruza rinde mejor en los Grand Slams lo sostiene ella y lo corroboran los resultados. La tenista vasco-venezolana se metió ayer en los cuartos de final de Wimbledon por segunda vez en su carrera tras superar por 4-6, 6-4 y 6-4 y por quinto duelo consecutivo a Angelique Kerber, la número 1 del mundo, en un partido excelente que duró casi dos horas y veinte minutos, probablemente el mejor de todo el año de la de Caracas. Con esta derrota, la alemana, que defendía la final del año pasado y lleva un año bastante discreto, perderá su posición en el ranking de la WTA que quedará en manos de Simona Halep, si llega a semifinales, o de Karolina Pliskova, que ya está fuera del torneo.
Los resultados de Muguruza cuestionan su regularidad, pero solo ella, Svetlana Kuznetsova y Venus Williams han llegado a la segunda semana en los tres grandes. Para ella, son sus segundos cuartos de final tras los de Australia y una muestra más de que su problema está en los torneos de menor rango, donde no encuentra la máxima motivación. La rusa, precisamente, será su rival hoy a partir de las 14.00 horas. Kuznetsova eliminó con autoridad a Agnieszka Radwanska, otra que tampoco acaba de arrancar este año, y se metió de nuevo en cuartos de Wimbledon diez años después. Venus Williams, por su parte, se convirtió en la jugadora más veterana en llegar a esta ronda en Londres desde 1994. La estadounidense, tras dejar fuera a Anna Konjuh, se medirá a Jelena Ostapenko, la campeona de Roland Garros, que sigue en racha y eliminó a Elina Svitolina.
Los otros duelos de cuartos de final medirán hoy por un lado a Halep contra Johanna Konta, la esperanza del público inglés que no veía a una de las suyas en esta ronda desde 1984, y por el lado del cuadro de Muguruza, a Magdalena Rybarikova, la única no cabeza de serie que ha llegado hasta aquí tras lograr su mejor resultado en un Grand Slam, y a Coco Vandeweghe, que puede ser la principal aspirante al título ahora mismo.
Todos los partidos femeninos del Manic Monday de ayer quedaron eclipsados por el que disputaron Muguruza y Kerber, dos campeonas de Grand Slam que pusieron sobre el verde, cada vez menos verde, dos estilos contrapuestos. La de Caracas sacó toda su agresividad y facturó 55 golpes ganadores, 50 errores no forzados y subió en 54 ocasiones para buscar el punto en la red. Kerber fue una pared que exigió la mayor resistencia mental a Muguruza. Cuando el partido estaba igualado a un set, justo después de que la vasco-venezolana rompiera por primera vez el saque de la de Bremen, Kerber presentaba solo tres errores no forzados.
Cae el muro Incluso, la germana, una roca, se adelantó por 2-0 en el tercer set, pero Garbiñe Muguruza no dejó de insistir, de pegar y de correr cuando hacía falta y encontró el premio a su valentía cuando Kerber empezó a flojear con su saque y acusó el desgaste hasta acumular nueve errores no forzados en este parcial. La de Caracas siguió pegando duro y aceptando los errores, incluso algún servicio perdido, porque el plan no podía ser otro. El séptimo juego del tercer set en el que servía y cayó de su lado tras diez minutos fue el punto de inflexión ya que se puso por delante después de mucho tiempo. Al final, el muro cayó y Muguruza buscará la semifinal de Wimbledon ante otra ganadora de Grand Slam. “Todos los partidos que he jugado contra Kuznetsova han sido difíciles”, reconoció la vasco-venezolana, que tiene clara su táctica: “ser agresiva porque ella tiene mucho talento y pega muy buenos golpes”.