El sol se abrió paso este sábado en El Arenal como si también quisiera brindar en el arranque del TxinTxin Fest, la gran celebración de Bizkaiko Txakolina. Desde este mediodía, Bilbao ha sido bodega abierta, plaza festiva y escaparate de cultura local.
A las doce, con la presentación de la nueva añada, El Arenal vibraba con el ir y venir de gente. Copas en mano, los asistentes exploraban la diversidad del txakoli: más de 60 referencias en rotación, 24 bodegas, blancos, rosados, tintos, espumosos, fermentados en barrica, maceraciones carbónicas… todos con sello local de Bizkaia.
El ambiente ha reunido a cientos de personas que, entre catas, pintxos y risas, han hecho de la mañana una auténtica oda a la bebida. “¡Qué rico que está!”, comentaban Teresa Luzar y José Molinero tras su primera copa. “No sabemos mucho del tema, lo seguimos a nivel aficionado, pero nos está gustando mucho”.
A 2 euros por copa, 3 las especiales, y platos como alubias o bacalao por 5 euros, el público recorría las zonas del festival con mucha inquietud y curiosidad. Las catas guiadas, reservables online por 9 euros, completaban la experiencia.
Entre los músicos itinerantes, Lino Prieto, referente en la escena bilbaina, se encargaba de la ambientación. “Estoy organizando a los músicos para que suene todo bien”, contaba mientras el grupo bermeano Josepa Kale Kale animaba el recinto.
“Estos eventos tienen que ver con nuestra identidad y nuestra cultura. En Bilbao hay pocas viñas, tenemos una en Arraiz, pero traer el txakoli al Arenal lo amplifica."
En una esquina del txiki txoko, los más pequeños pintaban y recortaban entre talleres y monitores, mientras cerca, los hermanos Cardozo, de Baste Taberna (Romo), presentaban la nueva añada. “Bizkaia es un sitio pequeño, autóctono y con muchas variedades. Hay mucho por descubrir”.
El txakoli no solo se bebe, también se cuenta. Así lo destacó el alcalde Juan Mari Aburto, que no quiso perderse la cita. “Estos eventos tienen que ver con nuestra identidad y nuestra cultura. En Bilbao hay pocas viñas, tenemos una en Arraiz, pero traer el txakoli al Arenal lo amplifica. Y eso es bueno para Bilbao y para Bizkaia”.
El festín ha atraído a vecinos de toda Bizkaia… y más allá. Desde Tenerife, José Antonio Bermúdez y Karla Gómez aprovecharon su visita por el partido del Athletic para sumarse al festival. “Es mi primera vez en Bilbao y estoy alucinando”, decía José, con un pintxo de bacalao al pil-pil en la mano.
Más antiguo que el Kalimotxo
Cerca, Iñaki Ortiz y Felipe Álvarez disfrutaban de un rosado de Erdikoetxea: “De jóvenes bebíamos más kalimotxo, pero ahora disfrutamos más del txakoli. Lo que importa es la calidad”.
“Siempre que nos llaman es un honor. Estos gestos nos conectan con nuestra tierra”
Tampoco falto la voz de Aiora Renteria, cantante de Zea Mays, que volvió a mostrar su apoyo al producto local. “Siempre que nos llaman es un honor. Estos gestos nos conectan con nuestra tierra”, compartía la cantante bilbaina, que este verano seguirá girando por Euskal Herria.
Por su parte, Andoni Bringas e Ioritz, de Laboral Kutxa, subrayaban la importancia de apoyar al sector primario. “Tenemos un departamento agroalimentario y es esencial estar aquí. La vinicultura tiene mucho futuro, y el txakoli de Bizkaia también”, afirmaba Ioritz, ingeniero agrónomo con experiencia en Italia.
La jornada ha sido una suma de historias, brindis y descubrimientos. Una fiesta con fondo histórico: la primera referencia escrita del txakoli en Bizkaia data de 1520, y la tradición se remonta al siglo XIV. Un vino que ha resistido el paso del tiempo y que este domingo volverá a llenar El Arenal.
Txin Txin!