Kerman del hielo
El boxeador de morga reedita el título internacional de la WBA de los pesos wélter al derrotar en el frontón Bizkaia de Bilbao al mexicano Gurrola, batallador y corajudo
Bilbao - Kerman Lejarraga tiene piel de leyenda. Lo dice un futuro helador. Lo dice un pasado de oro. Son ya diecinueve los combates seguidos con triunfo. Nadie se puede equiparar a una pegada que en el peso wélter destaca. De hecho, quince de los triunfos han terminado. Es el hombre cloroformo. Ayer, con el título Internacional de la WBA en juego puso a Jesús La Pantera Gurrola a bailar siendo el mexicano, de Sinaloa, un tipo duro, de escuela brava. Es un tipo de sangre caliente, corajudo, de entrañas y clase. Es Gurrola un contrincante complicado y correoso que, aun peleando siempre a la contra, metió manos de fuego a un adversario que está crecido. En el sexto asalto, después de abrirle las costuras a base de directos de zurda, un corte en la nariz del americano hizo que los jueces pararan el combate.
Siendo el quinto boxeador de su peso del mundo, con el triunfo sobre La Pantera, el vizcaino se mete entre los tres primeros. Kerman Lejarraga tiene a tiro de piedra aspirar a lo máximo. Una de las cosas que pueden surgir en el futuro es pelear por el Europeo contra el canario Ferino V. Todo depende, en cierta medida, de la oferta económica.
Así, el púgil de Morga sometió a un ritmo infernal a Gurrola, que en los primeros diez segundos ya echó la rodilla a tierra. En el Winter on Fire, Kerman era el hielo. Un croché de derecha bajó la defensa al mexicano y un golpe de arriba hacia abajo inició la primera cuenta. Apenas habían pasado diez segundos. Las 2.500 voces del Bizkaia rugieron.
Pero Gurrola no estaba de parranda. No era un convidado de piedra. Gurrola buscó a partir del segundo esperar a Kerman y meterle manos. Lo consiguió alguna que otra vez en el segundo, pero la imponente presencia física de Lejarraga siempre le dejaba tieso. Gurrola buscó la cercanía, para evitar la potencia de su contrincante. Gurrola prefería el combate de trinchera porque con Kerman, potente, airado, acelerado, cualquier derechazo es tierra quemada.
En el tercer asalto el toque de corneta llegó casi antes de que sonara la campana. Encajaron los dos. Quedaron olvidados los diez segundos del inicio.
Pero revivió la pesadilla Lejarraga a base de combinaciones en el cuarto. Gurrola supo aguantar. Un muro. Un toro. Esperaba una oportunidad. Vísceras. La encontró casi al final. Metió dos manos buenas al rostro. Kerman guiñó con el pómulo tocado. Y siguió.
El quinto fue un monólogo del vizcaino y la madurez empezaba a pesar al rival. Estaba congelado. Todo cuajó en el sexto. A base de directos le reventó la proa del rostro. K.O. técnico. Otro más.
huracán Sagaydakovskaya El primer combate de boxeo femenino profesional disputado en Euskadi duró lo que duró un suspiro. Duró lo que tardo Inna Sagaydakovskaya en convertirse en un huracán. La excampeona del mundo, la serbia Eva Halasi, se vino abajo a las primeras de cambio y encajó hasta caer en dos ocasiones. A la segunda, el juez paró la batalla. La joven rusa, con solo tres peleas a sus espaldas hasta ayer y todas ellas positivas, expuso un boxeo ofensivo.
Asimismo, el getxotarra Ibon Larrinaga sumó otro triunfo a su catálogo de peleas en profesionales. El púgil de Eskuinaldea se desempeñó con seguridad en los 58 kilogramos, aunque normalmente pelea en los 56, destacando por su colmillo a la hora de buscar la cara al colombiano Nelson Suárez y la facilidad para esquivar sus acometidas. El vizcaino ganó por decisión unánime en su quinta pelea en el ensogado de la élite, reafirmando su carácter trabajador. En los cuatro asaltos, Larrinaga fue mejor que Suárez.
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