bilbao - Con una jornada frenética de ocho finales, se cerró el Mundial de Kazán en el que hubo una protagonista absoluta, Katie Ledecky, que iluminó la piscina mientras el resto de pruebas y nadadores quedaron a la sombra de la portentosa joven de Bethesda, que con sus cuatro medallas de oro desde el 200 al 1.500 libre, a la que añadió la del relevo 4x200, consiguió algo que será muy difícil de volver a ver.

En el último día, destacó Katinka Hosszu, gran dominadora de los estilos y que en el 400 logró su segundo oro con una marca de 4.30:39. La húngara nadó durante 350 metros por debajo del récord del mundo, pero se hundió en el último largo sin que su victoria corriera peligro. La estadounidense Maya di Rado fue segunda con 4.31:71 y tercera, la canadiense Emily Overholt, con 4.32:52.

La prueba equivalente masculina vio el triunfo del favorito, Deiya Seto, que repitió el oro logrado hace dos años en Barcelona. El japonés mandó de principio a fin y paró el cronómetro en 4.08.50. La plata se la llevó el húngaro David Verraszto, con 4.09:90, y el bronce fue para el estadounidense Chase Calisz, con 4.10:50.

La jornada comenzó a todo velocidad, con las pruebas cortas de la espalda masculina y el libre y la braza femeninas. En la primera, Camille Lacourt dio otro oro a la velocidad francesa con un registro de 24.23 y una victoria autoritaria por delante del estadounidense Matt Grevers (24.61) y el australiano Ben Treffers (24.69).

En la velocidad femenina, repitió oro la australiana Bronte Campbell, que con 24.12 superó a la holandesa Ranomi Kromowidjojo (24.22) y a la sueca Sarah Sjostrom (24.31) que sale de Kazán con cinco medallas. En los 50 braza, hubo sorpresa ya que la lituana Ruta Meilutyte ni siquiera alcanzó el podio. Ganó otra sueca, Jeannie Johansson, con 30.05. La jamaicana Alia Atkinson (30.11) se llevó su segunda medalla, lo mismo que la rusa Yuliya Efimova, bronce con 30.13.

La prueba masculina cerró el programa individual masculino con el premio mayor para la constancia de Gregorio Paltrinieri. La ausencia de Sun Yang, que abandonó su intento de sumar tres oros en el fondo, despejó al terreno y el italiano solo tuvo que sujetar el fuerte inicio de Ryan Cochrane para poner después un ritmo incontestable que le llevó al lograr el primero oro para su país con 14.39:67. Segundo, tras una tardía reacción, fue el estadounidense Connor Jaeger, con 14.41:20, y tercero, el canadiense Cochrane, con 14.51:08.

El triunfo de Estados Unidos (3.29:93) en el relevo 4x100 estilos masculinos por delante de Australia (3.30:08) y Francia (3.30:50), y el de China (3.54:41) en el femenino, con Suecia (3.55:24) y Australia (3.55:56) a su espalda, cerraron un Mundial que se tomó como un ensayo para los Juegos de Río y dejó muchas cosas interesantes.

Katie Ledecky es solo la punta de lanza de una generación que amenaza con acaparar medallas en la cita olímpica de 2016. Adam Peaty, James Guy, Mitchell Larkin, Bronte Campbell o Sarah Sjostrom han ganado más de una medalla y son más que promesas, lo mismo que Ning Zetao, el chino que rompió la hegemonía anglosajona en el 100 libre.

Entre los valores en plena madurez, están la húngara Katinka Hosszu, el chino Sun Yang, el sudafricano Chad Le Clos o la australiana Emily Seebohm, mientras que veteranos como el húngaro Laszlo Cseh, la italiana Federica Pellegrini o el estadounidense Ryan Lochte se resisten a dejar paso. Francia ha lucido a sus velocistas, sobre todo a un espléndido Florent Manaudou, y Estados Unidos, con una Missy Franklin lejos de su mejor nivel, tiene que agradecer los cinco oros de Ledecky para encabezar un medallero en el que figuran 23 países. Y es que no ha sido raro ver finales con ocho nadadores de distinta nacionalidad.