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"En el boxeo no hay metas a largo plazo; cada combate es un mundo"

Gago habla poco; él recita con los puños. Hoy volverá a predicar en La Casilla, coliseo de las grandes citas boxísticas vascas, y lo hará ante el marroquí Karmoun

"En el boxeo no hay metas a largo plazo; cada combate es un mundo"David de Haro

BILBAO - EuskoBox, que organiza la velada de Bilbao, lleva días alentando a los seguidores de Andoni Gago para que peregrinen hasta la cancha deportiva de la capital vizcaina. La cita lo merece: Gago vuelve al cuadrilátero seis meses después, y lo hace contra el marroquí Alae Karmoun (superpluma), en pelea pactada a seis asaltos. El de Otxarkoaga suma seis victorias, dos nulos y una derrota en el terreno profesional. No es el único aliciente que ofrece la noche (20.00 horas): boxean los profesionales Asier Molero (peso crucero) y Denis Shukanov (superwelter), además de los neoprofesionales Jon Fernández, Ugaitz Cascales e Ibon Larrinaga, entre otros. Sin olvidar los combates de MMA (Aratz Garmendia y Pelu) y K1 (con el esperado regreso de Haritz López de Lacalle).

Su último combate aconteció en septiembre de 2013 y desde entonces ha permanecido apartado del ring por culpa de una inflamación en el tendón de Aquiles. ¿La lesión está olvidada?

-Sí. Hace dos meses que no me duele y he entrenado con normalidad, sobre todo estas últimas seis semanas, que han sido las más intensas.

¿Le ha costado mantenerse en el peso superpluma?

-Sí. En Navidades llegué a tener 73 kilos, y poco a poco he ido quitando, hasta los 58 que tengo que dar antes del combate. La verdad es que me ha costado menos de lo que esperaba. Todo es un tema de cabeza, de creértelo. Y de voluntad, claro.

Ese último combate se ha convertido en su única espina desde que debutó, hace ahora año y medio.

-Sí. Yo diría que dominé los dos primeros asaltos y en el quinto lo dejé tocado, aunque no supe aprovecharlo. Su protector bucal salió volando y yo me quedé mirando como embobado. No volverá a suceder, fue una novatada que luego pagué cara, porque le dieron la victoria a él. Pero me quedo con el aspecto positivo: disputé mi primera pelea a diez asaltos y no me resentí en lo físico.

En cambio, La Casilla le trae recuerdos gratos.

-Sí, muchos y muy buenos. Me acuerdo de la última pelea que disputé en La Casilla. Fue contra Daniel Bueno y se trataba de mi primer combate en el peso superpluma, después de haber disputado seis en el peso ligero. Me acuerdo que mientras anunciaban su nombre por megafonía pude escuchar que había sido campeón de España amateur en varias ocasiones y me quedé perplejo. Alguien me animó soltando el típico no pasa nada, pero fue una sorpresa, al igual que el resultado.

Le noqueó.

-Ni en mis mejores sueños hubiera pensado ganarle por K.O. Es un boxeador muy técnico, pero vi que él había sentido un par de manos mías que le lancé al cuerpo, y en el tercer asalto le solté dos crotchets. Ahí cayó como un saco.

Y ahora se enfrenta a un púgil de 23 años con cinco victorias en seis peleas. Karmoun es un boxeador peligroso y tiene mucho cuajo.

-He visto el combate que hizo en 2012 contra Ivan Ruiz. Es un boxeador que maneja bien la distancia, es inteligente, y siempre te espera para meterte una contra. Habrá que andarse con cuidado, porque, además, es zurdo, y eso siempre complica las cosas.

¿Eso le ha llevado a cambiar su forma de entrenar?

-Hemos ejercitado varios movimientos para tratar de evitar sorpresas. No creo que Karmoun sea muy pegador, pero se maneja bien a la corta. Tendré que girar hacia mi izquierda y cuando meta las manos tendré que hacerlo girando rápido, para dejarle fuera de mi distancia. Tengo buenas sensaciones y estoy preparado para lo que sea. ¡Iré a fuego!

¿Sigue sintiendo el aliento de sus seguidores?

-Sí, mucho. A cada rato me pregunta cuándo voy a pelear y siempre van a mis combates. No puedo quejarme de mis seguidores; en Otxarkoaga tengo muchos amigos.

A pesar de la derrota de Madrid, usted sigue bien rankeado a nivel estatal (séptimo de 17), e incluso se ha hablado de que podría disputar un título este mismo año. ¿Contempla esa posibilidad?

-En el boxeo no hay metas a largo plazo. Cada combate es un mundo y cualquiera te puede dar una sorpresa desagradable. El boxeador vive al día, preocupado por el entrenamiento, la dieta y, como mucho, por el próximo rival. De ahí para arriba no hay nada, aunque no puedo negar que me gustaría disputar el título estatal de superpluma, pero prefiero ir paso a paso.

Usted se ha mostrado también sorprendido por el auge que está viviendo el boxeo en Bizkaia. Además, este mismo año ha recibido el premio a la Evolución Deportiva 2013, concedido por DEIA. ¿Siente que el boxeo resurge de sus cenizas?

-Sin duda. El boxeo está moviendo a mucha gente, veo que la afición está despertando, la gente viene a vernos y disfruta. Esto va para arriba.