Bilbao - Xabier, ha sido usted la sensación del campeonato del mundo Individual, ¿qué opina?
XABIER IBARGARAI: Fenómeno... No sé si fenómeno. Yo he hecho el trabajo que tenía que hacer. Después de un gran esfuerzo me ha llegado un premio bueno, que es jugar una final, y estoy muy contento.
Ha ganado a Gaubeka, García, Luján y Aierbe, contra quienes hay que jugar mucho.
X. I.: Sí, hay que ganarles. La verdad es que estoy muy contento. Venía con la intención de ir partido a partido y cada partido me he ido encontrando mejor y estoy muy a gusto.
PABLO FUSTO: Recuerdo que el otro día estuve de charla con Iñaki Garma antes de que empezara el campeonato y le dije: "Ojo con Ibargarai en el Individual". Y aquí está. En la Liga se le veía bien, ha hecho una buena Liga, pero nosotros andamos bien y llegamos a la final, pero está jugando mejor que nunca, físicamente ha hecho un gran sacrificio por estar a tope, de juego se encuentra bien y está con mucha confianza. Sumado todo, ahí está. Esa confianza hace que esté en su mejor momento y pueda jugar de tú a tú a cualquiera. Me puede ganar a mí, como a Esteban o a Wladimir. Y más en una final. ¡Olé sus huevos por estar ahí!
Vivirán una final en las antípodas. Por un lado, Xabier es el aspirante y vive su primera final del Individual y Fusto es el campeón en liza y el dominador de la pala, ¿no?
X. I.: Por ese lado, Pablo tiene más experiencia que yo
P. F.: Sí, pero todo tiene sus pros y sus contras. Al final, tener la experiencia de jugar una final o muchas finales te hace saber más o menos cómo puedes rendir o acoplarte a la final. Pero, el que nunca ha jugado una final tiene ese hambre que tú inconscientemente no tienes tanto, porque para él es su primera final y quiere ganarla como si fuera la última. Eso tiene su contrapartida: o te sube arriba o te tira abajo. Cada uno reacciona de manera distinta.
Xabier parece tranquilo.
X. I.: Sí, soy bastante tranquilo. Con los años he ido mejorando.
P. F.: ¡Qué tampoco es un chaval de veinte años! (risas). Aunque no ha jugado finales del Individual sí que ha estado en finales.
X. I.: Igual en los primeros años me ponía más nervioso. Ahora ya no. Si sales nervioso es peor para ti. Estoy con tranquilidad.
Al final uno tiene que salir del modo que sea.
X. I.: Sí. Tienes que salir con la tensión de una final como esta. Tienes que salir con esa tensión. Nervios nervios, como para ponerme malo, no tengo la verdad.
Esa tensión es también del hambre, si no tienes esa tensión...
P. F.: No puedes competir. Si no tienes esa tensión, no puede salir. Eso sí, hay que encontrar el término medio y eso es lo complicado. Encontrar el equilibrio es difícil. Lo bueno de haber jugado finales es que uno se conoce. Sabes hasta que punto tienes nervios y te puedes relajar para no salir al tran tran a la cancha, porque sales empanado y te meten un set a cero sin darte cuenta.
X. I.: Hay que salir con tensión.
Comenta Pablo que le veía, Xabier, como un aspirante serio a estar entre los mejores del mano a mano.
X. I.: Yo sabía que si quitaba el partido de Wladi, que es un pelotari muy peligroso que si acierta a sacar y con el golpe que tiene puede ganar a cualquiera, podía tener opciones. Es al que más miedo tenía. Además, jugábamos en Sestao, que es un frontón que le viene bien y le deja tiempo para ponerse. Después de ganarle, me dije: "Igual tengo alguna oportunidad". Esteban igual no estaba en su mejor momento de juego y había una puertita. La he aprovechado.
Se metió por el huequito.
X. I.: La verdad es que en el partido contra Gaubeka él no acertó a sacar. Y la verdad él no estaba a buen nivel ese duelo. Luego se ha puesto mejor y si me hubiera pillado el último partido contra él, igual no hubiera pasado.
P. F.: Es verdad, contra mí jugó mucho mejor.
Pero las cosas son así...
X. I.: Sí y muy contento.
P. F.: No nos olvidemos que hace dos años ya ganó a Esteban. En otras condiciones quizás, pero le ganó. Ese año se metió en semifinales. No era muy descabellado pensar que iba a estar en la final.
X. I.: El año pasado iba 2-8 ganándole y me volví un poco loco. Tiré igual el partido. Me volví loco y acabé perdiendo. Además, me siento muy a gusto jugando mano a mano. En aficionados, aunque pesaba 40 kilos más, andaba a gusto. Me gusta. Es el juego que tú tienes que hacer, no dependes del juego que pueda hacer tu compañero. El mano a mano eres tú todo el rato.
¿Es la modalidad que más le gusta, Pablo?
P. F.: Yo qué sé. Antes la odiaba porque me encontraba fatal. Al final te gusta cuando te encuentras bien. En el Individual puedes estar muy bien, como dice Ibargarai, o hundido en la miseria. Arrancas un poco mal y estás solo, no te salva nadie. En el Parejas, das un paso al costado y toca meter a buena. Pero aquí si te quitas empieza a engordar el marcador y te quedas con cara de tonto. No te ayuda nadie. Ahora me encuentro más cómodo en frontón corto que en el largo me costaba más. El saque lo domino un poco más, reboteo y entro mejor de izquierda. Siento que estoy dentro de la cancha y que estoy a todas. Me tienen que tirar muy bien el dos paredes y a pared. Me siento seguro y me da confianza.
El partido de la semifinal fue muy bueno, ¿cómo será la final?
P. F.: Gente que lo vio me han dicho que han sido de los mejores que han visto en el Individual. Fue una pasada. Nos ganamos los tantos. No hubo fallos chorras. Generalmente, las finales no salen tan bonitas: uno empieza bien y el otro se pone nervioso y se rompe. Esperemos que salga bonito.
X. I.: Partido duro va a ser, eso es seguro.
P. F.: Por la manera de jugar que tenemos los dos puede salir un partido similar al de la semi. Somos diestros, buscamos mucho la pared y andamos bien defendiendo con la izquierda. Al final, nos cuesta hacernos el tanto. Si toca un zurdo es más impredecible: puede hacerte diez dos paredes o diez saques. Iremos a pelotear y a reventarnos.
¿Por qué pasa eso en las finales, que es tan difícil que salgan unos partidos espectaculares?
X. I.: No lo sé.
P. F.: Por ejemplo, en la final del año pasado contra Gaubeka quizás el que va ganando se crece mucho y el que va perdiendo...
X. I.: Se achanta. Las finales son para ganarlas, dicen. No para hacer un gran partido.
P. F.: Te olvidas del público y de que sea un partido bonito. A las chicas con las que entreno les digo siempre que echen el dos paredes y me dijeron: "Te vamos a ver una final y no echas un dos paredes en todo el partido". ¡Qué me importa a mí que quede bonito! Yo quería ganar y machaqué a Esteban en la pared y no iba a jugármela con el dos paredes para que me pase por encima. Pones una cortina en el público y te da igual. Y si tienes que darle con la cabeza y ganar el tanto, le das.
X. I.: Hay que hacer el tanto como sea.