ZARAUTZ. El sector femenino fue dominado totalmente por la escocesa Catriona Morrison, que ya se había impuesto en 2011.

La vigésima séptima edición del Triatlón de Zarauz tuvo muchos problemas para salir adelante. Un socavón en la carretera de la costa que une Zarauz con Getaria obligó a los organizadores a diseñar contra el reloj un recorrido alternativo.

Resuelto el asunto, entraron dudas sobre la disputa de la prueba de natación porque el reglamento exige que la temperatura del agua no sea inferior a los 15 grados. Además, el oleaje era considerable a 24 horas del arranque del evento. Incluso superada esta circunstancia, al ser en mar abierto y a la vista de su estado, se pensó en recortar la distancia de 2.900 a 1.500 metros.

La prueba a nado se suspendió, tras una reunión de organizadores, jueces y personal de protección civil, a causa de los bancos de medusas y su llegada masiva a la playa. La dolorosa picadura de la especie 'pelagio noctiluca' ayudó bastante en la suspensión del primero de los tres segmentos dándose paso, para salvar el evento, a una inesperada prueba de duatlón.

La competición, con 644 inscritos, discurrió bajo una imperturbable cortina de agua. La lluvia la hizo épica y el público respondió animando a los participantes, paraguas en mano, en largas hileras por calles y avenidas o desde las ventanas de los edificios.

Gwenael Ouilleres, de Francia, y el alavés Eneko Llanos cobraron una pequeña ventaja sobre Manu del Real y Mikel Elgezabal al liquidar los 10 kms. primeros de la carrera a pie. Llanos se hizo jefe de la prueba antes de salir de los boxes montado en bicicleta y ya nadie le pudo dar caza.

Se disputaron los 81 kilómetros de ciclismo sobre un asfalto, a veces amplio, otras estrecho, y siempre cargado de agua, por lo que menudeó el riesgo de caídas.

En cuanto a las mujeres, Cat Morrison fue líder de principio a fin, siempre con autoridad.