Síguenos en redes sociales:

Nadal se multiplica por ocho

Vence a Djokovic y es el único en ganar ocho veces seguidas un torneo ATP

Nadal se multiplica por ochoEfe

bilbao. Cuerpo y mente van conjuntados, cosidos son uno. Rafa Nadal, lesionado hasta hace poco de su rodilla, falto de ritmo, no conseguía encontrar su mejor versión físicamente hablando. Ello venía agudizándose porque la circunstancia se sucedía inmersa en la peor racha deportiva del tenista de Manacor. Un marco que ha ido mermando el aspecto psicológico, fustigándolo, para enlazar un desértico periodo de 10 meses de sequía. Su sexto Roland Garros fue el inicio del convoy de derrotas. Evidentemente, todo esto se ha visto agravado por un tipo, Novak Djokovic, como otrora hiciera Roger Federer lapidando las mayores esperanzas de Nadal. El serbio venía de ganar sus siete últimos enfrentamientos con el balear, todos ellos correspondientes a finales. Una racha que se prolongaba desde el 13 de septiembre de 2010 con el US Open aconteciendo, cuando Rafa venció al de Belgrado por última vez.

Ayer, en el Masters 1000 de Montecarlo, Nadal, que ágilmente rehúsa a tildarse de mejor tenista de todos los tiempos sobre tierra batida -"no soy tan arrogante de afirmarlo", dice-, largó el lastre de su pasado más reciente. Lo quebró. También la hegemonía del vigente número 1, el extrovertido Nole, que hoy no dejará de copar la clasificación de la ATP, pero sí ha vuelto a sentirse perdedor. "Para mí es mucho más importante la victoria que el dolor en caso de haber perdido. Siete u ocho derrotas no hacen diferencia; volver a ganar, sí", apostilló el mallorquín ahondando en el campo de lo emocional. Y es que, ciertamente, no ganó, arrasó con un 6-3 y un 6-1 demoledores. El título número 47 que le valió para convertirse en el primer tenista del mundo en ganar ocho ocasiones consecutivas un torneo ATP.

Nadal comenzó su cita siendo implacable. "Jugué un gran primer set, un set que creo que fue equilibrado". Incluso letal para un Djokovic que temprano avistó la que le venía encima y se amainó. Comenzó Rafa con dos roturas de set para arrancar el segundo con una renta de 4-0, una vez enlazados seis juegos ganados. Un esprint hacia la corona.

Djokovic pareció reaccionar entonces, pero Nadal estaba tremendamente centrado. Contundente. "En el segundo set es cierto que Novak falló más de lo habitual (25 errores no forzados ante los 10 de Nadal)", analizaría Nadal, quien, tocados los 78 minutos de juego, se proclamó campeón sin concesiones. "Perdí una gran cantidad de energía emocional", acusó Nole versando sobre la reciente muerte de su tío. El físico no es tenaz sin la moral. Son uno.