Melbourne. El balear Rafael Nadal disputará el domingo su segunda final del Abierto de Australia tras marcar una nueva muesca en sus 27 enfrentamientos con el suizo Roger Federer, al que derrotó ayer por 6-7 (5), 6-2, 7-6 (5) y 6-4, en tres horas y 42 minutos de un apasionante duelo. La jornada comenzó celebrando el Día de Australia y acabó siendo el Día de Nadal. El de Manavor desplegó sobre la Rod Laver Arena su mejor juego del torneo y disputará su cuarta final consecutiva de Grand Slam después de doblegar una vez más a Federer en uno de los grandes, donde se han visto las caras en diez ocasiones, con ocho triunfos para Nadal con el de ayer.

Y eso que Federer comenzó en plan arrollador, con un juego muy agresivo que desarboló a un Nadal que asistía impotente al festival del golpes del helvético que se apuntó 12 de los 15 primeros puntos que ambos disputaron, lo que permitió cobrar una ventaja de 3-0. Nadal no perdió la calma y fue buscando sus buenas sensaciones en la pista, elevando paulatinamente su juego, a la espera de que bajara también el de Federer. La oportunidad le llegó en el séptimo juego, donde aprovechó su primera bola de ruptura para recuperar su servicio y a continuación empatar el partido (4-4). El set se decidió en el desempate y por un mínimo detalle, el minibreak que consiguió el suizo en el segundo punto resultaría definitivo.

Federer trató de hundir anímicamente a Nadal en el arranque del segundo set al ganar el primer servicio del balear en blanco, pero la respuesta de este fue contundente. Pese a ceder la primera manga, era Nadal el jugador que crecía sobre la pista. Los golpes de Federer ya no eran definitivos y empezó a encontrar las habituales defensas de Nadal, que acababan convirtiéndose en golpes ganadores. Cuatro juegos consecutivos de Nadal, tras el 2-2, igualaron el partido, aunque la sensación era que el duelo estaba decantándose cada vez más a favor del número 2 del mundo.

Federer no estaba cómodo y la tensión le hizo cometer dos dobles faltas en su primer servicio del tercer set. Nadal tuvo un 0-40, pero dejó escapar con vida al suizo, que podía haber quedado muy tocado. El balear se mantenía muy cómodo al servicio y solo cedió dos puntos en sus tres primeros juegos, aunque en el cuarto, Rafa titubeó y Federer apretó viendo la ocasión que se le presentaba. Pero la solidez mental de Nadal volvió a emerger y su rival no pudo consolidar la rotura. El set caminaba inexorablemente hacia otro desempate y esta vez fue Nadal el que jugó un gran desempate para adjudicarse la manga.

El cuarto set no bajó en intensidad. A Nadal le funcionó de maravilla el revés cruzado y siguió en la pista con una gran intensidad. Federer aguantó como pudo hasta que en el noveno juego el balear le dio la puntilla para convertirse en el primer finalista del torneo.