IKER Casanova afirmó solemne que con el acuerdo presupuestario del Gobierno vasco con el PP, el PNV “da la espalda a la sociedad vasca”. ¿Quién es la “sociedad vasca”? ¿EH Bildu? EH Bildu es únicamente el 21,23% de la “sociedad vasca”. Si sumasen este porcentaje al de Podemos, serían el 36,06%. Suman menos que el porcentaje de “sociedad vasca” que atesora el PNV (37,65%) y mucho menos que el 59,75 que suman las fuerzas que, por acción u omisión, respaldan el proyecto de presupuestos. Está claro dónde está la mayoría (más que significativa) de la “sociedad vasca” y, por supuesto, que en el discurso de la autodenominada izquierda abertzale se mantienen los tics totalitarios que lo han caracterizado en las últimas cuatro décadas. Ellos son (han sido) “Euskal Herria”, la “juventud vasca”, la “sociedad vasca”. Al resto, la inmensa mayoría, solo nos queda el papel del mirón en el mus: se calla y da tabaco.

Bajo el velo de un “nuevo talante”, Casanova planteó de base una negociación global sobre “política económica y objetivo de las cuentas”. Nada de “rotondas” o “medidas clientelares” que es lo que hacía el PNV con el PSE la pasada legislatura. Ellos no hacen esas cosas, aunque Gipuzkoa aún esté pagando la cuenta de la experiencia basureril. Y, por supuesto, solo en determinados momentos se explica para qué se quieren subir los impuestos y qué quieren borrar de los objetivos.

Cuando leo estas cosas, me viene a la cabeza la antigua carretera Tolosa-Iruñea, la gasolinera de Arribe-Atallo (en la que se come de cine, por cierto), el museo de Gorriti, el queso de Martikorena, la absoluta tranquilidad y poquísimo tráfico (esto último, lo de la tranquilidad, puede corroborarlo Maddalen Iriarte). Será porque la “sociedad vasca” utiliza la autovía del Leitzaran. Aquella infraestructura que no gustaba a la autodenominada izquierda abertzale y que, claro, ahora utilizan con profusión. Es parte de su forma de actuar. Uno, que es viejo, recuerda en boicot a Oskorri (por ser considerados del Movimiento Comunista) aunque luego el boicoteador llevase la casete en la guantera del coche. Me imagino que, dentro de un par de años, me encontraré con alguno de los dirigentes de la “sociedad vasca” viajando en el tren de alta velocidad como ahora circulan por la autovía. Todo esto para decir que lo que quiere el 36,06% de la “sociedad vasca” es que desaparezca la alta velocidad de las cuentas vascas (aunque sean meros adelantos).

Me he preocupado en repasar algunas partidas de los presupuestos “neoliberales” de Urkullu y te encuentras con que está a la cabeza del ranking de inversión por estudiante en la formación no universitaria. La ratio es de menos de 30 alumnos por aula y de 9,1 por docente. Se está a la cabeza del gasto sanitario: de 1.541 euros por habitante en 2015 se pasará a 1.825 en 2017. Por lo que se refiere a la RGI, se invierten 163 euros por habitante frente a los 11 (once) de España. En Alemania se llega a los 183 euros. Ni que decir tiene que los niveles de riqueza en Alemania y en Euskadi no son los mismos. Por cierto, en esos mismos presupuestos, la inversión en economía productiva aumenta de forma sensible. Y todo esto reduciendo la deuda. Pero, además, el clima de acuerdo, permite dar otros pasos esenciales en materia económica, de infraestructuras o de autogobierno, algo que la “sociedad vasca” de la autodenominada izquierda abertzale ni huele.

Escuchando y leyendo a Casanova, Iriarte u Otegi uno se da cuenta de que, con esa tendencia a la política de órdagos, no acaban de acostumbrarse a la democracia parlamentaria. Es que no quieren llegar a acuerdos a cambio de “rotondas”. O se negocia todo el presupuesto o nada. Y de esta forma renuncian a dejar su impronta en las cuentas, no con “rotondas” sino con partidas concretas. Es que, claro, el Gobierno vasco ha pactado con el PP que es esto o aquello. Y para demostrar como son algunos, pintarrajean los batzokis, asaltan decanatos, insultan a la Ertzaintza? Desbrozar las partidas, para qué. Con esta forma de hacer política, condenan a su parte (el 21,23% si hablamos solo de EH Bildu) de la sociedad vasca a la irrelevancia. Mientras tanto el 59,75% de la sociedad vasca podrá disfrutar de mejoras sociales evidentes (aunque, de vez en cuando, se cuele alguna senadora de Podemos a descompensar el sistema), más y mejor empleo (a ver si logramos bajar del 10% y, de esta forma, destinar fondos a la RGI a crear más empleo).

Hay cuestiones, por otro lado, que parecen evidentes. No se puede gastar más de lo que se ingresa. Ni se puede sablear a una parte de la ciudadanía mientras se hace crecer de forma desmesurada la función pública, ni tan siquiera se puede financia in aeternum la inactividad. En este sentido, la RGI (salvo en casos concretos) debe estar orientada al empleo. La vigilancia (y represión) del fraude fiscal debe intensificarse (hay que reducir ese fraude, 17% del PIB). Por cierto, aquí se está cinco puntos por debajo de la media. Lo que no es consuelo. Pero, el 59,75% de la sociedad vasca cree que lo que se recupere del fraude debe ir a I+D y a economía productiva.

El viejo discurso totalitario de “nosotros somos la sociedad” no tiene cabida en un siglo XXI que, al menos en Europa, comienza a despertarse del sueño de la demagogia populista (de izquierda y de derecha). En las democracias, la mayoría de la sociedad (cuantificada) está de frente, de lado, de canto? de todas la maneras posibles. Es una pena que la minoría haya decidido quedarse al margen de futuro. ¿Aprenderán algún día?