hAY situaciones, sensaciones, sentimientos, que solo pueden entenderse plenamente si se viven. El Alderdi Eguna forma parte de ese catálogo mágico. Hay que vivirlo para comprenderlo; no basta con que te lo cuenten. Cualquier persona interesada en la política, en los movimientos sociales, incluso cualquier ciudadano vasco ajeno a EAJ/PNV, debería acudir al menos una vez a nuestra fiesta para conocernos mejor, para vernos y sentirnos tal como somos. Nuestra casa es su casa. Las puertas están, siguen, abiertas.

Ayer volvimos a sentir que somos un partido único. Ni mejores ni peores, diferentes. El Partido, como siempre lo hemos escrito y sentido nosotros. Con esa P mayúscula que ortográficamente quizá resulte innecesaria pero que supone una muestra explícita de respeto y casi hasta veneración. Ayer, como me pasa siempre, volví a emocionarme al ver llegar cientos y cientos de autobuses. Al mirar a nuestra gente y ver que en esas miradas que cruzaban el cristal, en esas miradas tan variadas, tan distintas, tan diferentes como mujeres y hombres, como mayores y jóvenes, como vizcainos o guipuzcoanos, como alaveses o suletinos, como navarros o de la diáspora, en todas esas miradas, en la mía también, brilla un hilo que nos une: la ilusión.

Ilusión por el Partido y por construir entre todos y todas un día único, como piezas de un puzle que solo cobran sentido cuando encajan entre sí y se unen. Cuando forman la jornada que reafirma nuestro compromiso con estas siglas y con este país, Euskadi. Cuando, todas juntas, convierten una cotidiana sucesión de horas en un día de fiesta, de reivindicación, único e irrepetible. En un día imprescindible para todas y todos nosotros.

El Alderdi Eguna de ayer tenía mucho de terapéutico. Lo necesitábamos. Ha sido un año terriblemente complicado para EAJ/PNV. Afrontamos unas elecciones anticipadas. Presentamos a nuestro mejor candidato, un candidato que, por suerte para todos, hoy es lehendakari, Iñigo Urkullu. Esa apuesta, tan necesaria como compleja a nivel interno, nos obligó a elegir en un tiempo récord un nuevo presidente para el Euzkadi Buru Batzar y a renovar parte de las ejecutivas territoriales. "Un proceso extraordinario", como bien resumió ayer Andoni Ortuzar en su vibrante intervención.

Extraordinario por el esfuerzo, sí, pero también por los resultados, igual de extraordinarios. Tenemos un gobierno y un lehendakari que nos dan esperanza. Que, tras tres años con un Ejecutivo y un país a la deriva, han fijado en las coordenadas de la creación de empleo y la reactivación económica el rumbo del país. Que han ofrecido una gran propuesta de paz y convivencia para cerrar dignamente medio siglo de violencia y terrorismo. Tenemos un Partido fuerte y unido. Más fuerte y unido que nunca, me atrevería a decir. Tenemos unas organizaciones territoriales volcadas en las personas y en dar respuesta a sus inquietudes. Tenemos una centralidad, ganada a pulso por nuestra experiencia, nuestro trabajo y nuestra vocación de acuerdos, que nos coloca como referencia ineludible de la vida política vasca. Todos los acuerdos en Euskadi pasan por EAJ/PNV. Tenemos, seguimos teniendo, lo que proclamaba aquel lema electoral de 1977: Batasuna eta indarra.

Esta fuerza y esta unidad, este tesoro de incalculable valor, emana de nuestros afiliados y simpatizantes. No tenemos otro secreto: nuestra gente. Su fuerza y su unidad es la nuestra. Nuestra gente ha conseguido que hoy estemos como estamos. Mi reconocimiento y agradecimiento infinito a todos los hombres y mujeres de EAJ/PNV. Mi agradecimiento por el ejemplar comportamiento en estos meses tan complicados. Mi agradecimiento por habernos contagiado su fuerza y sus ganas. Mi agradecimiento por haberles sentido tan cerca. Por haber actuado con tanta responsabilidad. Mi agradecimiento por haber sido el paraguas que nos ha protegido del chaparrón. Mi reconocimiento, también, a la entrega de los miles de afiliadas y afiliados, cargos públicos, alcaldes y alcaldesas, concejales, que dan lo mejor de sí mismos por este país cada uno de los 365 días del año. Y mi reconocimiento al lehendakari Urkullu y al presidente del EBB, Andoni Ortuzar, por haber logrado ese acuerdo de país con los socialistas que como ciudadanos tanto necesitábamos.

Se trata de un acuerdo extraordinario, como lo ha sido este año. También por partida doble: por su excepcionalidad, porque hace quince años que no se daba, porque EAJ/PNV ha devuelto a otras formaciones a la cultura del pacto, a la virtud del acuerdo entre diferentes, y por lo que supone: una Euskadi moderna, solidaria, sostenible y competitiva. La Euskadi de EAJ/PNV. Nuestro esquema se basa en esos cuatro pilares. Fueron las cuatro columnas que sostuvieron el programa electoral que nos devolvió a Ajuria Enea. Fueron los principales argumentos que el lehendakari Urkullu llevó al Parlamento. Son la base del acuerdo que hemos firmado. Y serán las guías de los próximos años. Hemos conseguido lo que buscábamos. Extraordinario.

Ayer también me volví a acordar de ti, Jesús. Tú sí que eras extraordinario. Me acordé de aquel Alderdi Eguna de 1990 en el que izaste la ikurriña. De tus consejos. De tu cariño. De tu ejemplo. De tu cercanía. Guardo y quiero como oro en paño la foto que tenemos juntos de aquel día. El de ayer hubiera sido un Alderdi hecho a medida para ti. Y para Aita. Para El Capi. Vosotros siempre fuisteis hombres de Partido, de afiliados, de base, y de acuerdos, de pacto. Si alguien ha sido ejemplo de ambas virtudes habéis sido vosotros, mis queridos y admirados a Aita y Jesús Insausti, Uzturre.

Nos queda un año para la próxima cita. Doce meses que afrontamos con toda la energía que nos insufló el último domingo de septiembre de 2013. Una energía que será imprescindible para llegar más lejos. Parece que, poco a poco, empieza a escampar. Quizá aquello que clarea algunas nubes ya no tan grises sea el sol de la recuperación. Quizá. Mejor ojalá. Mientras esperamos esos rayos, ese calor, no queda otra que dar lo mejor de cada uno. Como personas y como país. De cautivar al mundo con nuestros encantos de siempre: la seriedad, el trabajo, nuestra palabra y la vocación por ser cada día un poco mejores. Eso es ser vascos. Y como tales nos tenemos que presentar en busca de oportunidades compartidas de progreso. Oportunidades que contribuyan a esas dos prioridades que tenemos como Partido y como Gobierno: creación de empleo y reactivación económica. En ese mundo en el que nos presentaremos con la misma orgullosa tarjeta de presentación que utilizaba el lehendakari Aguirre y que ayer bordó nuestro día, el Alderdi Eguna: I am Basque. Alto y claro. Siempre: I am Basque.