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Rojo sobre blanco

Falta el remate

Falta el remateJUAN LAZKANO

EL mecanismo de defensa que activa la prudencia continúa encendido. La experiencia acumulada así lo aconseja, pero ello no quita para que ya pueda decirse que el Athletic ha hecho buena parte del trabajo. No la más difícil, que por descontado es rematar en la jornada que cierra el campeonato el avance que protagoniza de un mes para acá. Ha superado los registros de los seis que aún figuran por delante suyo en la clasificación. Es el equipo líder en puntuación en dicho período gracias a los trece puntos que ha añadido a su casillero con las victorias sobre Valladolid, Espanyol, Real Sociedad y Almería,y el empate con el Getafe. A modo de curiosidad, anotar que solo el Atlético de Madrid estaba en condiciones de discutirle esta supremacía parcial, pero cayó en la tarde de ayer en el Camp Nou y se ha de conformar con doce puntos de quince.

Al rozar el pleno, el Athletic ha invertido su situación, en el sentido de que no dependerá de nadie en las ocho jornadas por celebrarse, solo de sí mismo. Antes de esta serie de partidos se hallaba bien colocado y alimentaba una expectativa no exenta de incertidumbre. El reciente estirón casi borra de un plumazo cualquier duda razonable, pues le ha instalado en la antesala de la meta.

El séptimo puesto, el que da acceso a la Conference League, es suyo a nada que persevere y haga un acopio de puntos normalito, sin alardes. Y lo más importante, la posibilidad de terminar sexto o quinto empieza a estar fundamentada. En su persecución de Betis y Villarreal, ocupantes de las plazas de Europa League, ha reducido distancias de manera que los cruces directos que tiene pendientes con ambos adquieren una trascendencia superior.

Advertidos, como se indicaba al comienzo, de que en ningún caso conviene aparcar la cautela, la sugerente fotografía sobre la que hoy se realizan estas reflexiones va a exigir un esfuerzo supremo. Interiorizada esta convicción fue como el Athletic salvó el escollo de Almería. Repitió el guion de desplazamientos anteriores: energía y seriedad, así como una cuota decente de acierto en la finalización. No existe otra fórmula para deshacerse de adversarios del perfil de Valladolid, Espanyol y Almería, conjuntos que se jugaban el pescuezo ante sus aficiones.

La pura realidad existencial del Athletic de Ernesto Valverde indica que ha reforzado su candidatura a Europa ganando la inmensa mayoría de los enfrentamientos con los clubes encuadrados en la clase baja de la categoría. Se ha apropiado de los seis puntos en juego contra Valencia, Almería, Cádiz y Valladolid. Solo logró tres con el Espanyol, que sin merecerlo le sorprendió en San Mamés, con el Getafe coleccionó sendos empates y también derrotó al Elche en su estadio. Se trata de los siete últimos de la tabla, de los que se ha valido para hacer el grueso de la caja: 32 puntos de los 46 que posee.

El dato contrasta con la discreta (por utilizar un término generoso acorde al optimismo reinante en el presente contexto) rentabilización de los duelos con los equipos de la mitad alta de la división: cero de seis con Barcelona, Atlético de Madrid y Girona; cuatro de seis con el Rayo y tres de seis con la Real Sociedad. Aún debe medirse a Betis (uno), Villarreal (tres), Osasuna (uno) y Madrid (cero). De momento, salen pues doce de 42 posibles. Faltarían por computar los empates con Sevilla y Mallorca, sus dos próximos rivales, para completar los 46 puntos sumados.

El repaso constata que el Athletic ha fallado más de lo deseable cuando le ha tocado en suerte un oponente de nivel medio o superior. Aún está a tiempo de compensarlo y, además, para qué obviarlo, lo necesitará si quiere certificar su regreso a Europa. El colista Elche aparece como la única perita en dulce en la agenda rojiblanca, los demás enemigos atesoran un nivel respetable como mínimo, pese a que sea cierto que Mallorca, Celta y Sevilla aparecen varados en tierra de nadie, fuera de peligro y ajenos al reparto de premios.

En definitiva, la auténtica lucha del Athletic por alcanzar la meta propuesta será consigo mismo.