Hoy hay clásico en Montjuic ante el Barcelona. Partido grande de la liga en una ciudad y ante un club que en los últimos tiempos se da bastante mal al Athletic en su casa. A todo esto, el verano ha venido cargado de informaciones en las que se afirmaba que Nico Williams se iba para allí. Como se suele decir, el tiempo pone a cada uno en su sitio y en este caso, el pequeño de los Williams no se ha movido de donde estaba y eso sí, hoy lo verán muy cerca pero no vestido con sus colores.

La falta de empatía con el otro club, la excesiva confianza en que iría al Barça y la falta de información veraz desde Catalunya, hizo creer a la afición blaugrana que no había otra opción: Nico iba a ser del Barcelona por el artículo uno de su mal entendida idiosincrasia. Es imposible que no se marche al todopoderoso Barça decían sin ponerse colorados. Lo que son las cosas, calabazas y ahora quién les ha dejado tirados es el futbolista. Nadie habla de la situación real de un equipo que las pasa canutas para inscribir a sus jugadores.

Felizmente con el 10 en el Athletic, el de esta tarde no es un partido cualquiera. Más allá del culebrón del verano estamos en la segunda jornada y con muchas cosas por ajustar, los leones, que por cierto, juegan once, buscan el asalto en la montaña olímpica ante los de Hansi Flick, quién por la pinta tiene bastante sentido común y se va dando cuenta de dónde está.

No hay rueda de prensa en la que no se le recuerde que no puede contar con jugadores y no precisamente porque tengan problemas físicos. Las palancas y el fair play suenan más que las posibilidades de títulos en Can Barça.

Pese a que los móviles buscarán la instantánea con nuestro extremo, el Athletic jugará, como decía antes, con once futbolistas, que a nadie se le olvide. Después de lo del Getafe, esta semana Ernesto Valverde ha trabajado mucho para que no sucedan cosas como las del estreno en San Mamés. Muchos días para entrenar, corregir y buscar una mejor versión. Está claro que no es para nada el mejor escenario, pero, precisamente, un golpe encima de la mesa en este campo allanaría el camino en el arranque de temporada.

Reconociendo la calidad del adversario –son jugadores seleccionados por todo el mundo–, en este Barcelona hay mucha sangre fresca. La irrupción de jóvenes de la Masía y el trabajo en el apartado físico nos ha dejado claro que el técnico alemán exige más a los suyos en este campo que Xavi Hernández. Por lo tanto, esas facilidades que la temporada pasada vimos en los catalanes es complicado que las observemos en esta. Hay que correr un poco más aún si se puede. No es el equipo que acostumbramos a ver, muy buenos con el balón, pero con problemas en el esfuerzo por no dar la sensación de tener un buen físico.

Entendiendo que en estos casos hay mucho más que ganar que perder, no hay que desaprovechar la oportunidad si se presenta. El acierto en estos choques como visitante vale doble y, precisamente, la temporada pasada faltó en este mismo escenario. Una tarde para volvernos a ilusionar con nuestro equipo. Esto no ha hecho nada más que empezar, pero si se gana el subidón puede ser importante. Aupa Athletic.