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Sandra Atutxa

Coordinadora Multiplataforma

32 perros, 0 humanidad

Ayer leía una noticia que me dejó indignada y con un nudo en el estómago: en una finca de Azuaga (Badajoz) han hallado 32 perros muertos por inanición. Llevaban abandonados desde el mes de junio, sin agua ni comida, y algunos incluso habrían intentado alimentarse de los cuerpos de otros animales ya fallecidos. Me pregunto: ¿cómo se puede ser tan cruel y tan insensible? Encerrar a unos animales, privarles de lo más básico para vivir y dejarles morir lentamente es una muestra de brutalidad y falta de humanidad extremas. Pensé que tras la pandemia habíamos aprendido a ser más compasivos, un poco más sensibles, pero noticias como esta me demuestran que aún queda demasiada indiferencia y maldad en el ser humano. Imaginar el sufrimiento de esos perros, hacinados, deshidratados y hambrientos me rompe el alma. Miro a mi perro Ikatz, todo el amor que nos regala cada día a la familia, y me resulta incomprensible que los humanos, que presumimos de ser una especie “superior”, podamos llegar a hacer algo así. Solo deseo que el responsable pague por lo que ha hecho y que la justicia actúe con firmeza. Aunque creo que ninguna pena que se le imponga será proporcional al dolor y a la agonía que han soportado durante meses estos 32 seres vivos. No podemos, ni debemos mirar hacia otro lado. La empatía y el respeto hacia los animales no debería ser una opción, sino una obligación moral.