Lllega la Semana Santa y con ella días de asueto, tranquilidad y desconexión. Una gran mayoría de bilbainos aprovechará la ausencia de fichar para buscar nuevos horizontes, descansar e intentar pensar en un futuro más halagüeño del que nos augura Trump. Pero otros muchos, por carencia económica u obligaciones familiares, se quedarán en sus residencias habituales, aunque eso no significa que tengan que renunciar a disfrutar. Una buena alternativa es descubrir la capital vizcaina lejos del ajetreo diario laboral y estudiantil. Las próximas son fechas idóneas para ello. De base, lo que hay que evitar son las zonas eminentemente turísticas que protagonizan los visitantes de la villa. ¡Qué lejos quedan aquellas fechas en que Bilbao parecía un erial en Semana Santa! Los que se queden tienen la oportunidad de disfrutar de la tranquilidad de sitios estratégicos del Ensanche o perderse por esos distritos periféricos que apenas se conocen, a no ser que la vecindad impere. Disfrutar de espacios habitualmente atestados aportan otra visión de la ciudad, sobre todo si la observan en directo sin las prisas diarias. Y más si el clima benigno primaveral acompaña. Les aporto una sugerencia. Sumérjanse en la tranquilidad de parques ignotos como el que ofrece todos los días la Casa de la Misericordia que, a pesar de estar perimetrado por un muro vallado, es de acceso libre. Es un oasis de tranquilidad, digno de disfrutar.