Desde el pasado año los coches eléctricos marca Tesla han proliferado como champiñones en Bilbao. El colectivo de taxistas es el que lidera este mercado de vehículos cuya tracción a base de baterías descongestiona de malos aires la villa.

Alguno de los taxistas que han adquirido estos vehículos lo harán por espíritu ecológico pero todos se han lanzado a su compra por el ahorro que les supone en la cuenta final de resultados. Y aunque parezca extraño no lo es tanto por el ahorro en el consumo diario, que también, sino por lo que supone de alivio la desaparición en el calendario de las revisiones obligadas en los vehículos con motor de combustión.

Hay que tener en cuenta que, con los miles de kilómetros que acumulan cada mes los chóferes de alquiler, el paso por los talleres para testar su estado es mucho más habitual que lo que le toca a un conductor privado. Y cada revisión es un pastizal que con los coches eléctricos no tienen que apoquinar estos autónomos. Y la elección de Tesla en lugar de otras marcas que ofertan vehículos similares es por la calidad de sus motores, según confiesan varios de estos profesionales. Detrás no hay una promoción especial para el sector del taxi del concesionario más cercano, simplemente es la mejor marca. Aunque igual ahora es una corriente que se apaga. Ya saben por eso de que el dueño de Tesla, es Elon Musk, la muleta de Trump y exponente de los de los brazos en alto.