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Mesa de Redacción

Alberto G. Alonso

Claqueta perpetua

En los siglos XIX y XX, Bilbao y la metrópoli que creció a su alrededor se nutrieron de grandes industrias, astilleros y fundiciones. Fueron la apuesta moderna de las tradicionales producciones que salpicaban el entorno de la ría. En el siglo XXI ya bien entrado, no olviden que se ha gastado ya un cuarto del mismo, la situación ha cambiado radicalmente. Quedan algunas empresas que portan la antorcha de la tradición industrial, pero es el sector servicios el que cada vez come más terreno en un proceso irreversible que aporta sorpresas muy gratas. Me refiero a la creación de la industria de lo audiovisual, del rodaje de filmes, series televisivas, anuncios publicitarios que cada vez está más asentada y a la que se augura un gran futuro. Hay varias bazas con las que ganar la partida para que Bilbao y Bizkaia protagonicen una película de sesión continua con gran recaudación. La esencial es la apuesta foral por este sector con una fiscalidad, la mejor de Europa asevera la Diputación, que está suponiendo la invasión de productoras de fuera y dentro del Estado. El pasado año se rodaron 116 producciones que generaron casi 2.000 empleos. Ahí es nada. Otra importante es contar con una naturaleza y un urbanismo perfecto para plasmar en imágenes cualquier historia. Finalmente, la próxima creación de unas instalaciones en Bilbao que aglutinen estudios de rodaje, escuelas de cine y empresas de apoyo al sector. Es crear cantera para anclar la industria audiovisual y tengamos así una claqueta perpetua.