Están por todas partes. Pocas son las actividades, materias, ciencias y estudios que no tengan de alguna manera las matemáticas por detrás o las necesiten con fruición. Y en esta época de algoritmos, fórmulas complejas y teorías cuánticas, las cifras y los números, sus complejas combinaciones y las aplicaciones prácticas destacan por demás. No me extraña que los licenciados que salen de las facultades de Matemáticas tengan un puesto de trabajo incluso antes de terminar los estudios y no precisamente en materia teórica. Bien lo saben el cerca de medio millar de expertos llegados de todo el mundo que desde el lunes y hasta el viernes se encuentran en Bilbao participando en el Congreso de Jóvenes Investigadores en Matemáticas. Su objetivo es compartir sus últimas investigaciones crear nuevos lazos y tejer redes de colaboración a nivel planetario. Siete sesiones plenarias, 366 charlas o una sesión con 22 pósteres, que abarcan casi todas las ramas en la materia, es parte del programa en marcha. Sembrar para recoger en un futuro. Además, la cita va a servir para presentar algo cuanto menos curioso, las Bertsomáticas. El nombre ya da pistas. Tendrá la Biblioteca de Bidebarrieta como escenario y será extraño presenciar cómo combinan la poesía oral vasca y las matemáticas. Tres charlas divulgativas de expertos más las bertsolaris Maialen Lujanbio y Nerea Ibarzabal descifrarán cómo los números influyen en los bertsos.
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