Extraordinaria comparecencia parlamentaria de Carlos Mazón para dar cuenta de la DANA, digna del manual de excusas de un adolescente, siempre intentando desviar la responsabilidad a los lados o, como en este caso, hacia arriba.
Una alerta roja en una cuestión tan imprevisible como la meteorología obliga a los ciudadanos a limitar riesgos, pero a los responsables políticos cabe exigirles una atención extrema de los acontecimientos. En este caso, el presidente valenciano no estuvo a la altura porque estaba dándolo todo en una comida y pasó este detalle por alto en les Corts. Con todo, lo más extravagante de su intervención fue lo de ligar su futuro político a la reconstrucción, olvidando que ya es una figura amortizada para su partido, que no lo sacrifica porque estaría recociendo la culpa y le interesa más seguir atizando a Pedro Sánchez, a Teresa Ribera o al turuta que llamó a la movilización al ejército.
En cuanto a la reconstrucción de las zonas devastadas, que recibirán una lluvia de millones de papá Estado, hay que esperar que Mazón no meta la pata en aquello que sea de su competencia. Porque esa tarea está en manos de profesionales como las empresas, algunas de ellas vascas, que están poniendo ya en pie las infraestructuras que se llevó por delante la riada.
Mazon en Eurovisión
Durante lo próximos tres años, Mazón el salsón –no tiene desperdicio el vídeo que presentó a Eurovisión– será un cadáver político. El entierro se celebrará cuando el PP designe a su próximo candidato.